Nuevo método afina el origen de heces arqueológicas

Coprolitos en un yacimiento arqueológico chino
Coprolitos en un yacimiento arqueológico chino - Anhui Provincial Institute of Cultural Relics and
Actualizado: viernes, 17 abril 2020 13:31

MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -

El registro arqueológico está plagado de heces, una mina de oro potencial para obtener información sobre la salud y la dieta antiguas, la evolución de los parásitos y la ecología y evolución del microbioma. El principal problema para los investigadores es determinar su origen.

Ahora el Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (MPI-SHH), ha desarrollado 'CoproID', un método confiable para determinar las fuentes de las paleoheces.

Después de miles de años, la fuente de una pieza particular de heces puede ser difícil de determinar. Distinguir las heces humanas y de los perros es particularmente difícil: son similares en tamaño y forma, se encuentran en los mismos yacimientos arqueológicos y tienen composiciones similares.

Además, los perros estaban en el menú de muchas sociedades antiguas, y los canes por su parte tienden a buscar heces humanas, lo que hace que las pruebas genéticas simples sean problemáticas, ya que dichos análisis pueden devolver el ADN de ambas especies.

Para acceder a la información contenida en paleoheces, Maxime Borry y Christina Warinner, del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana, han desarrollado 'coproID' (identificación de coprolito). El método combina el análisis del antiguo ADN del huésped con un software de aprendizaje automático entrenado en los microbiomas dentro de las heces modernas.

Al aplicar 'CoproID' a conjuntos de datos recientemente secuenciados y publicados anteriormente, el equipo de investigadores del MPI-SHH, la Universidad de Harvard y la Universidad de Oklahoma pudieron predecir de manera confiable las fuentes de heces antiguas, demostrando que una combinación de ADN del huésped y las distintas colonias de microbios que viven dentro de los humanos y los perros permiten distinguir con precisión sus heces.

"Un hallazgo inesperado de nuestro estudio es la constatación de que el registro arqueológico está lleno de excremento de perro" destaca en un comunicado la profesora Christina Warinner, autora principal del estudio, pero también espera que 'CoproID' tenga aplicaciones más amplias, especialmente en los campos de ciencias forenses, ecología y microbioma.

La capacidad de identificar con precisión la fuente de las heces arqueológicas permite la investigación directa de los cambios en la estructura y la función del microbioma intestinal humano a lo largo del tiempo, lo que los investigadores esperan que proporcione información sobre las intolerancias alimentarias y una serie de otros problemas en la salud humana.

"Identificar los coprolitos humanos debería ser el primer paso para el análisis de microbiomas humanos antiguos", señala el primer autor del estudio, Maxime Borry.

"Con datos adicionales sobre los metagenomas intestinales de los perros rurales no occidentalizados estaremos en mejores condiciones para clasificar aún más heces de perros antiguos como genuinamente caninos, en lugar de 'inciertos'", agrega Borry.

A medida que crezca el catálogo de datos de microbiomas humanos y de perros, 'CoproID' continuará mejorando sus clasificaciones y ayudará mejor a los investigadores que encuentran paleoheces en una variedad de contextos geográficos e históricos.