Según las últimas noticias, la energía solar ha sido la tecnología que más ha crecido en el último año, habiéndose instalado un total de 98 GW de capacidad en todo el mundo. Esa cifra se corresponde, con respecto a las otras fuentes de energía renovable, a un porcentaje de casi el 60%, concretamente 57%.
Esta es una buena noticia. Y más si se tiene en consideración que uno de los lugares que más inversión atrajo en este sentido es el gigante asiático, sumido en problemas de contaminación a los que intenta, por todos los medios, poner remedio. De hecho, China ha acaparado la mitad de los GW construidos alrededor del mundo en 2017.
De acuerdo con la Agencia Internacional de Energía Renovable - IRENA -, el mundo entero sumó una tendencia positiva en la apuesta por energías alternativas, creciendo por séptimo año consecutivo.
Por lo que respecta a la capacidad, España forma parte del top ten, justamente en la décima posición, con 47.989 MW instalados de energías renovables. China se encuentra el primero con 618.803 y tras ella Estados Unidos, con 229.913 MW y en tercer lugar Brasil, con 128.293 MW.
El liderazgo de las empresas españolas
Las condiciones climáticas españolas son óptimas para potenciar esta fuente de energía y, durante años, se hizo una gran inversión en estas tecnologías creando un liderazgo español, no tanto sólo en lo referido a MW instalados si no a experiencia de las compañías españolas.
En este sentido, empresas de infraestructuras acumularon una importante cartera de proyectos y han contribuido al conocimiento mundial de la industria española en otros países donde se está potenciando la instalación de paneles solares en forma de parques, huertos o torres de almacenamiento.
Países como Sudáfrica, con su plan de energías renovables que se aprobó en 2011 con 18.000 MW, u otros como Costa Rica, Argentina o México, se están convirtiendo en el destino de muchas compañías españolas, influidas también por la paralización de desarrollo de energías renovables en España en el último periodo.
De hecho, existen algunas ingenierías que han podido crecer sólo por el empuje de los trabajos encargados fuera. Y se refieren a todas las tecnologías: solar, eólica, biomasa o eficiencia energética, ya que el tema también de las viviendas comienza a ser especialmente importante en regiones de algunos países donde es común el uso de leña húmeda, como pasa en algunos lugares de Chile, creando episodios de emergencia ambiental.
La energía también puede ser renovable en el hogar
El consumo de energía en el hogar representa un capítulo importante que no hay que ignorar. Según un reciente elaborado por Eurostat, el 64% de la energía final se destina a la calefacción del hogar. Por ello, utilizar sistemas eficientes que favorezcan la sostenibilidad podría ayudar a ahorrar emisiones y a ser más responsables energéticamente hablando.
Así, muchos hogares han optado por instalar placas solares en sus tejados y existen proyectos de combinación de energías limpias como Alcalá Distrcit Heating que combina biomasa y energía solar para la generación de calefacción y agua caliente sanitaria a través de un sistema de doble tubería semienterrada en la vía pública.
Este proyecto tiene planificado llegar a 3.000 viviendas de la localidad madrileña de Alcalá de Henares y comportará, para las viviendas, un ahorro del 25% en las facturas y evitará la emisión de 32.000 toneladas de CO2 en el municipio.
Este ambicioso proyecto que está empezando a comercializarse, generará cerca de 50 puestos de trabajo permanentes y más de 100 durante la ejecución de las obras. En este sentido, las energías renovables generan muchos puestos de trabajo, aunque es la biomasa la que más contribuye, por encima de la solar y la eólica, ya que se necesita el trabajo constante de manejo de combustible.
Las renovables obedecen a un plan superior
El uso y la proliferación de las energías renovables, de la sostenibilidad y el respeto al medio ambiente no es moda, ni tendencia siquiera, ni un capricho de gobernantes. Obedece a un plan mucho mayor que tiene que ver con el calentamiento global y el cambio climático que cada vez se siente más presente en el día a día, en el inicio del frío o en la tardanza de la primavera. El cambio climático se ve en las cosechas y se verá también en las despensas de los españoles.
Por esto mismo, los esfuerzos se concentran, por un lado, en intentar cambiar la mentalidad y educar a edades tempranas en la importancia de cuidar los recursos, de entender para qué sirve la energía solar o cuán innecesario es lavarse los dientes con el grifo abierto.
Y, por otro lado, se está preparando una ley de Transición Energética y Cambio Climático que pueda marcar las pautas a seguir para descarbonización de distintos sectores, utilizando mecanismos disuasorios de tipo fiscal, pero también creando unas reglas del juego que puedan permitir el avance y el desarrollo de la sociedad con un menor consumo - y más eficiente - de recursos.
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