VALENCIA, 15 Ago. (EUROPA PRESS) -
La conselleria de Agricultura, Pesca y Alimentación está estudiando la posibilidad de utilizar el sistema de sondas capacitivas en zonas de regadío de la Comunitat Valenciana con el objetivo de "optimizar al máximo el uso de agua para el riego, dados los buenos resultados que este sistema está dando en la partida de El Marquesat, donde se están empleando de forma experimental", según iformaron hoy fuentes de la Generalitat.
Este método se sumaría a los sistemas que la conselleria está instalando dentro de su política de modernización de los sistemas de riego y racionalización del uso del agua. De esta forma, "complementaría y mejoraría la eficacia del riego por goteo, al ofrecer al agricultor datos precisos de la cantidad de agua que debe utilizar en cada momento", explicaron.
El sistema, que está siendo investigado por el Instituto Valenciano de Investigaciones Agrarias (IVIA), se basa en la instalación de sensores denominados de capacitancia que, basándose en la reflectometría en el dominio de la frecuencia (FDR), miden el coeficiente dieléctrico del suelo (como si fuera un condensador eléctrico) y, a través de él, determinan el contenido de agua en el mismo.
Posteriormente, a través de un sistema de transmisión de los datos, bien por radiofrecuencia, cable, telefonía GSM, GPRS u otro sistema, se consigue una tele-monitorización de la humedad del suelo, permitiendo de esta manera conocerla y analizarla de forma continua y en tiempo real.
Con ello se puede hacer un seguimiento del estado de humedad del suelo, poniendo de relieve los posibles déficits o excesos de riego y, en consecuencia, ajustar la aplicación del agua a lo que la planta demanda en cada momento.
EXPERIENCIA DE EL MARQUESAT
La técnica se está aplicando de forma experimental en la comarca valenciana de la Ribera, en parcelas de El Marquesat donde, por primera vez en España, se han unido doce sociedades de agricultores, con 3.500 agricultores, para poner en marcha un proyecto de estas características.
Según los últimos datos disponibles sobre su efectividad, los investigadores de la Conselleria han comprobado un acusado descenso en el consumo de agua de riego, con ahorros de hasta el 60 por ciento respecto a la cantidad utilizada mediante el riego a manta.
Para la puesta en marcha de este proyecto piloto se han instalado 26 sondas sobre una superficie de 2.000 anegadas en los términos municipales de Alfarp (8), de Catadau (7) y de Llombai (11). Los sensores se han distribuido en los cultivos predominantes (16 sondas en naranjo y mandarino, ocho en melocotonero, ciruelo y nectarina y dos en caqui) y en los tres tipos de suelos agrícolas de la zona (franco, arcilloso y arenoso), para poder comprobar su efectividad en condiciones diversas.
Estas sondas, dotadas con sensores instalados a diferentes niveles, entre 10 y 90 centímetros de profundidad, permiten una telemonitorización del estado del suelo, el contenido de humedad y las necesidades de agua que requieren los árboles.
Estas mismas sondas llevan instaladas unas antenas de radio a través de las cuales se transmite la información recogida en el suelo y se envía a una estación central, donde un servidor recoge y analiza los datos recibidos y los transforma a una manera clara y sencilla para el agricultor. La información se envía cada 15 minutos desde las sondas con lo que los datos están continuamente actualizándose.
El agricultor, a través de un módem, puede acceder cómodamente a toda la información que facilita el servidor, sin necesidad de desplazarse a la estación central. No obstante, los administradores de cada comunidad de regantes son los encargados de informar a los agricultores de las necesidades de agua que requiere el campo en tiempo real.
En el proyecto participan las comunidades de regantes de Les Covatelles, Llombai, La Nevera, la Sequia Aledua-Mare de Llombai, la Societat Agrícola 'La Cava', la SAT 3527 Serra y Pla, El Pozo del Realet, el Pozo de la Milagrosa, la cooperativa agrícola San Salvador, la cooperativa agrícola del Marquesado y la cooperativa agrícola de Catadau, beneficiando a más de 3.500 agricultores.
