VALENCIA, 1 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un total de 12 personas resultaron heridas leves esta madrugada en la tradicional Cordà de Paterna (Valencia) que en esta edición ha sido la que ha tenido más fuego de su historia ya que los 250 tiradores que han participado han dispararon 65.000 cohetes, 10.000 más que el pasado año, según han informado fuentes municipales.
Los 12 heridos, 9 menos que el pasado año, han sido por contusiones, quemaduras o torceduras, según el parte del Centro de Salud remitido a las 3.00 horas, una hora después de la finalización de la Cordà. Uno de los atendidos tuvo que ser remitido al hospital La Fe debido a una úlcera en un ojo.
Esta Cordà fue la de más fuego de la historia de Paterna ya que la nueva disposición de cajones en la calle Mayor, ensanchando ligeramente los límites de la zona de fuego, permitió incrementar la distancia entre puestos de tiradores e introducir cinco nuevos con 15 cajones más. Los 65.000 cohetes se dispararon a un ritmo muy rápido de modo que la Cordà de este año duró 23 minutos y 48 segundos.
El presidente del Consejo Sectorial de la Cordà, Jesús Giménez, ha destacado que se trata de "la mejor de la historia, pues nunca ha habido tanto fuego en esta calle" y ha resaltado "el trabajo solidario de los tiradores, que no han permitido parones por lo que el ritmo de fuego continuado ha sido excelente; no se puede pedir más".
A las 12.15 minutos hizo entrada el camión que transportaba la carga. La alcaldesa de Paterna, Elena Martínez, procedió a la apertura, acompañada por el pirotécnico Vicente Caballer y miembros de la Comisión Técnica del Fuego. La descarga se realizó de forma eficiente, depositando cada cajón en su lugar específico y poco después de la 1 de la madrugada se permitía al resto de tiradores acceder al recinto, según las mismas fuentes.
El espectáculo de fuego comenzó antes de la 1:35 con el disparo de una traca que recorrió la calle en ambos sentidos, así como 12 femelletas especiales de 20 cohetes cada una, que se lanzaron para recordar a tiradores difuntos. No fue el único homenaje. Los tiradores también se acordaron del párroco Vicente María Cuenca, que lucha por superar una dura enfermedad, y cuyo nombre se grafió en uno de los cajones. Otro cajón llevaba el nombre de Pepín Damián, Coeter Major de Paterna, que por su avanzada edad no pudo estar presente en la Cordà pero sí acudió a la bendición del fuego realizado horas antes en la puerta de la Iglesia de San Pedro.
Según las mismas fuentes, si "algo hubo que lamentar desde el punto de vista técnico fue el denso humo" que por momentos se adueñó de la calle Mayor y que desde el Consejo Sectorial de la Cordà achacaron a la humedad, del entorno del 80% a la hora de la Cordà, así como por la escasez de viento.
20% DE MUJERES
Este año han participado alrededor de 250 tiradores, de los cuales cerca del 20% eran mujeres. Por otro lado, alrededor de un 15% disfrutaban su primera Cordà, por lo que "el relevo generacional está asegurado y la pasión por el fuego de Paterna crece". Miles de vecinos disfrutaron en los alrededores de la calle mayor de "la sintonía de explosiones que tenía lugar en la zona de fuego", han destacado.
La alcaldesa de Paterna, Elena Martínez, indicó que "sólo se puede dar la enhorabuena a los hombres y mujeres de Paterna que hoy nos han hecho disfrutar de una Cordà extraordinaria" y agradeció "a todos las personas que hoy se han involucrado en el dispositivo que permite desarrollar la millor Cordà del mon caso del Consejo Sectorial de la Cordà, peñas de tiradores, Policía Local, Protección Civil o Medios Sanitarios, entre otros, que lo hacen posible".
Por su parte, en el pasacalle de cohetes de Lujo, que se celebró previó a la Cordà, desde las 22 horas, participaron más de un millar de vecinos. Este acto comenzó con la bendición del fuego por parte del párroco de San Pedro, José Luis Llopis, y la lectura del bando que advertía a los vecinos del espectáculo pirotécnico que se iba a desarrollar, por parte de la concejala de Fiestas, Verónica Alberola. Durante más de una hora los participantes recorrieron las principales calles del centro de Paterna, dejando a su paso miles de explosiones, luces y un intenso olor a pólvora.
