Cultura.- La actuación del septeto de Ximo Tébar pone fin a la VIII edición de Xàbia Jazz

Actualizado: sábado, 9 agosto 2008 20:08

ALICANTE, 9 Ago. (EUROPA PRESS) -

La actuación del septeto de Ximo Tébar clausuró ayer, viernes, el festival Xàbia Jazz, que organizan la Conselleria de Cultura, a través del Institut Valencià de la Música, y el Ayuntamiento de Xàbia (Alicante).

Como principal novedad, este año Xàbia Jazz ha estrenado una nueva ubicación en la plaza de la Constitución, más céntrica, más acogedora y que ofrece más comodidades al público. Por el escenario han pasado los grupos Dizzy Gillespie All Stars, Oliver Jones trio, la cantante Ann Hampton Callaway acompañada por la Barcelona Jazz Orchestra, Eliane Elias trio o el propio Ximo Tébar. Varias de estas actuaciones fueron exclusivas en España, al no haber realizado los artistas gira de verano por nuestro país.

Estos músicos han mantenido la línea que caracteriza al festival desde su primera edición, con un predominio claro del jazz clásico en todas sus variedades, línea que ha demostrado contar con el respaldo del público de Jávea, de edades y procedencias muy dispares.

El concierto a cargo de la pianista y cantante brasileña Eliane Elias fue el que registró una mayor entrada, con unas 1.800 personas, pero en general el festival discurrió sin grandes altibajos. Pese al cambio de ubicación y a un ligero aumento en el precio de las entradas, el balance final, con unos 6000 espectadores, indica que la crisis no ha llegado a Xàbia Jazz.

El guitarrista valenciano estrenó su Erik Satie Project, con el que rinde un particular homenaje al inclasificable e iconoclasta compositor francés contemporáneo de los impresionistas. Tébar combina las piezas más conocidas de Satie, como su 'Gnosienne nº 3', con otras poco escuchadas, y desarrolla su propuesta sobre una rítmica poderosa, presidida por el batería Donald Edwards, en torno a la cual crecen arreglos ejecutados por su guitarra, siempre en primer plano, por los teclados de Jim Rydl o por una breve sección de viento.

La música sonó a veces sarcástica, a veces lírica y melancólica, siempre extrañamente fiel al original, con armonías atrevidas y recursos como la improvisación colectiva que a veces la aproximaban al free jazz pero sin perder nunca su base bailable. El final fue una fiesta donde se lució cada uno de los miembros del grupo, con especial atención a los valencianos Carlos Martín al trombón, David Pastor a la trompeta y Ramón Cardo a los saxofones.