Cultura.- Natalia Millán toma el relevo de Lola Herrera para "sincerarse" durante 'Cinco horas con Mario' en el TEM

Natalia Millán en 'Cinco horas con Mario'
TEM
Actualizado: martes, 16 noviembre 2010 18:18

La actriz afronta el papel "sin juzgar" al personaje, una mujer "presa" de la educación y "principios retrógrados" de la Dictadura

VALENCIA, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -

Natalia Millán toma el relevo de Lola Herrera para enfundarse en la piel de Carmen Sotillo, una mujer "presa" de la educación y de los "principios retrógrados" de la Dictadura franquista, que "sufre sin darse cuenta", sin revelarse, y que se siente "escuchada" por primera vez, ante el cadáver de su marido, Mario, frente al que se "sincera" en durante horas. La actriz se "deja llevar" por el verbo de este clásico de Miguel Delibes para afrontar el primer monólogo de su carrera en 'Cinco horas con Mario'.

Millán sustituirá a Lola Herrera en el papel que, hasta la fecha, únicamente ha interpretado la veterana desde que llevara esta novela a los escenarios por primera vez en 1979, cuando "nadie daba un duro" por el montaje. Desde mañana miércoles y hasta el domingo 21 de noviembre, la obra, de nuevo dirigida por Josefina Molina, se repondrá en el Teatre El Musical (TEM) de Valencia.

La nueva intérprete de Carmen Sotillo se ha mostrado "encantada" de tomar el relevo a Herrera en un personaje que "siempre será para ella", ha asegurado. A su entender, que la comparen con "una grande" como Herrera, "es un honor". De hecho, en cuanto le ofrecieron el papel habló con ella "primero para compartirlo" y "segundo para pedirle permiso" y ésta le aconsejó "dejarse llevar por las palabras de Delibes".

Para la actriz ha sido todo un "reto" y a pesar de la "responsabilidad" que supone, "es más fácil" hacer un buen trabajo "cuando un obra de valor literario entre las manos" como esta, ha apuntado. En ella, Delibes retrata la sociedad española de la Dictadura franquista, convirtiendo el texto en un documento "vivo" de su época, de las preocupaciones económicas, políticas, sexuales y morales imperantes entonces al tiempo que refleja la incomunicación en la pareja, la culpa o la soledad con toques de humor y tragedia.

En este sentido, Millán ha señalado que cuando la obra se estrenó, la gente sentía una "identificación muy grande" con lo que se contaba, mientras que hoy en día, "la mentalidad ha cambiado muchísimo" y la mujer no tiene nada que ver. No obstante, es una "suerte" tener un el "recuerdo de algo tan vivido", y salvando las distancias, "hay cosas que no están tan lejos" sobre las que la obra puede servir para dar "toques de atención".

La intérprete ha intentado asumir su personaje "con honestidad", partiendo de la premisa de "no juzgar" a Carmen Sotillo, una mujer que "sirvió a Delibes par criticar una sociedad". Millán no ha querido caer en la "crítica fácil ni caricaturizar" al personaje, pues como actriz busca ser "tolerante". Además, ha admitido que como mujer no puede culpar a Carmen por ser "producto de una sociedad y de la educación que ha recibido".

En su opinión, el personaje que intepreta es "presa de una época, de los principios absurdos, retrógrados y reaccionarios" de entonces. "En una dictadura, o te ibas o te la creías o si no lo pasabas muy mal y ella cree" en unos principios que al mismo tiempo la "mutilan como mujer y sufre mucho pero sin darse cuenta", ya que si se rebelara, "se le caerían los pilares que rigen su vida, su familia, sus amistades y la sociedad".

Eso sí, Carmen "tiene algo bueno, que tiene gracia", ha subrayado. Pese a la diferencia generacional, la actriz ha resaltado la "vigencia" de los temas que se tratan.

Así, cuestiones como la incomunicación en las relaciones sentimentales, muestran que "hay cosas que se han superado pero la pareja sigue siendo igual de difícil". En este caso, la mujer no es escuchada y cuando Mario muere "tiene la sensación de que por fin le dejan hablar, se siente escuchada y se sincera con él por primera vez. "Esto también debe darnos un toque de atención", ha concluido.