Desarticulada una red de tráfico de marihuana y hachís que construía zulos bajo chalés de lujo para su cultivo

Sucesos.- Operación Pazalea
GC ALICANTE
Publicado: miércoles, 6 marzo 2019 12:11

   Trasladaban la droga por carretera camuflada en palés de zapatos y con GPS para geolocalizar la carga

   ALICANTE, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

   La Guardia Civil y la Policía Nacional han detenido a 23 personas -cuatro de ellas en Italia y Alemania-- que presuntamente formaban parte de un red de tráfico de marihuana a Europa y que había llegado a construir zulos bajo chalés de lujo para el cultivo de la sustancia, según han informado en un comunicado. Los agentes se han incautado de 2.900 plazas y 275 kilos de esta sustancia y de hachís, que destinaban a la venta en países europeos donde se quintuplicaba el precio.

   Para la construcción de los zulos, según las fuerzas de seguridad, utilizaron maquinaria pesada --movimiento de tierra, grúas, especialistas en encofrado y cimentación--, que provendría de las empresas de construcciones a las que pertenecen algunos de los presuntos miembros, que lograban fabricar grandes subterráneos especializados para perdurar en el tiempo, con incluso en uno de ellos generadores industriales de luz para no ser detectados por consumo eléctrico.

   La operación, bajo el nombre 'Pazalea', llevada a cabo por agentes de la Guardia Civil de Sant Vicent del Raspeig y agentes pertenecientes a la Unidad de Droga y Crimen Organizado de la Policía Nacional de Alicante, comenzó en noviembre de 2018, en tres fases diferentes, debido a su complejidad.

   En la primera, se pudo comprobar que la organización estaba compuesta por una gran red de personas y que estaba dotada de numerosos medios para la ocultación y traslado de droga como turismos, furgonetas, naves industriales, inmuebles.

   Los traslados se realizaban mediante empresas de transporte de mercancías, que enviaban por carretera cuantiosas cantidades de droga (marihuana y hachís) camuflada en palés de zapatos, con un dispositivo GPS dentro para geolocalizar y así controlar en todo momento la ubicación de la carga.

   También se detectó que los miembros de la organización utilizaban en sus desplazamientos sofisticados inhibidores de frecuencia, para impedir posibles interceptaciones telefónicas de investigaciones policiales.

   En una de las naves industriales registradas en la localidad de Agost se hallaron numerosos aparatos eléctricos para la instalación de plantaciones de marihuana; unos 265 focos de gran amperaje para alimentar en torno a 6.000 plantas, así como la infraestructura necesaria para el envasado al vacío de la droga y la introducción de los GPS en la mercancía enviada.

   El resultado fue la incautación de 186 kilos de cogollos de marihuana y 53 de hachís en Suecia, Alemania e Italia, países en los que se detuvo a los destinatarios finales de la droga (dos en Hamburgo y dos en Bolonia).

CHALÉS DE LUJO CON ZULOS

   En la segunda fase, la investigación se centró en los inmuebles utilizados por los miembros de la organización en España, unos chalés de lujo ubicados en la partida alicantina de Fontcalent, donde se encontraron diversos zulos a los que se accedían por unas losas de suelo, integrados en el mismo, que se abría accionando un pequeño riel situado en su parte central, que daría lugar a un sótano construido 'ad hoc' para albergar el cultivo de más de 3.000 plantas de marihuana.

   Todos los sistemas de refrigeración, filtrado y electricidad se encontraban perfectamente enclaustrados en el zulo. Respecto del otro lugar de ocultación, se hallaba vacío si bien se considera, dadas las características, que se utilizaría para guarda armas y dinero. En esta fase se aprehendieron 1.100 plantas de marihuana.

   En la última fase de la operación, se localizó otra construcción subterránea, a la que igualmente se accedía mediante un pequeño orificio integrado en el suelo de un cobertizo, que para abrirlo era necesario una ventosa.

   Esta cavidad daba paso a un sótano de dos plantas de altura (unos seis metros), que albergaba cuatro grandes estancias para el cultivo hidropónico (indoor) de marihuana, así como otras estancias para el secado, crecimiento, manipulado y envasado de la droga para su envío. En este lugar se intervino 1.800 plantas adultas, así como 38 kilos de cogollos dispuestos para su inminente remisión.

   El balance final de esta operación ha sido de nueve registros domiciliarios (uno en Agost y ocho Alicante -Fontcalent y El Moralet- y la intervención de 2.900 plantas de marihuana, 223 kilos de cogollos de marihuana, 54 kilos de hachís, cinco vehículos, dos pistolas de fogueo, numeroso material informático así como telefónico.

   Además, intervinieron cientos de efectos relacionados con el cultivo y producción de la droga como siete aparatos de A/C y splits, 329 focos y lámparas de cultivo, 285 transformadores, siete filtros de carbono, siete turbinas y dos generadores eléctricos industriales, entre otros.

   Los detenidos son 16 españoles, de entre 26 y 60 años, tres españolas de 31, 43 y 66 años, dos ciudadanos alemanes, de 35 y 49 años y dos italianos, de 49 y 51 años. Los delitos que se les imputan son los de tráfico de drogas, pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico.

   Todos los detenidos ya han pasado a disposición judicial, ingresando tres de ellos en prisión provisional (unos de los cuales ha quedado en libertad provisional bajo fianza). Los 20 detenidos restantes quedaron en libertad con cargos, a la espera de juicio.

VENTA EN PAÍSES EUROPEOS

   La organización criminal desarticulada tenía como finalidad obtener grandes ingresos económicos mediante la venta de las drogas cultivadas/elaboradas en España con destino a países europeos (Suecia, Alemania e Italia), donde los precios se quintuplican, obteniendo con ello un mayor beneficio que si se vendiera únicamente en el territorio nacional. De este modo, se evidenciaba ello que los miembros investigados tenían estrechas relaciones con organizaciones criminales internacionales con las que negociar el destino final de la droga.

   La red estaba dotada de una gran estructura y todos sus miembros tenían un reparto de tareas "perfectamente establecido" y usaban además numerosas personas sin antecedentes que no tenían acceso directo a las sustancias estupefacientes, pero realizaban labores totalmente necesarias para la comisión de los hechos delictivos, tanto en el ámbito nacional como en el internacional.

   El grupo estaba altamente especializado con cámaras de seguridad, sistemas de alarma, utilización GPS, inhibidores, utilización de mercantiles ficticias, etc) y conocimientos y utilización de maquinaria pesada para la realización de los zulos.