Rafael Soler canta a la vida y a la "sabiduría de haber vivido" en la novela 'Necesito una isla grande'

Portada del libro de Rafael Soler 'Necesito una isla grande'
Portada del libro de Rafael Soler 'Necesito una isla grande' - CONTRABANDO


VALNCIA, 29 Feb. (EUROPA PRESS) -

El poeta y narrador Rafael Soler (Valncia, 1947) lanza la novela 'Necesito una isla grande', un "canto a la vida" en el que se reivindica, desde el humor y la ironía, "la experiencia y la sabiduría" que atesoran las personas mayores por el hecho de "haber vivido".

La obra, que publica la editorial Contrabando, discurre por la delgada línea que separa la vida de la muerte, arrancando más sonrisas que lágrimas. Y lo hace mediante un relato coral protagonizado por mayores que conviven en un asilo y salen en un viaje hacia el mar "huyendo de la rutina de los espárragos finos y la sopa", explica el autor en una entrevista concedida a Europa Press.

El libro se abre con un verso del propio Soler ("vivir es un asunto personal") y también evoca otro de Claudio Rodríguez --"que estamos en derrota, nunca en doma"-- porque los personajes "se enfrentan al final, pero no están derrotados sino que se rebelan mediante ese viaje", que culmina en un final "imprevisible".

'Necesito una isla grande' trata, por tanto, temas serios y complicados, como la muerte, pero los enfrenta desde el humor. Reflexiona también sobre el trato a los ancianos: "Llamamos residencias a los asilos, que son sitios donde almacenar a los mayores. Yo tengo una mirada hacia mis personajes, no compasiva ni misericordiosa, ni siquiera solidaria, sino muy cercana".

"ESTAMOS SOLAMENTE EN LO INMEDIATO"

Rafael Soler advierte de que "una de las pérdidas que tiene esta sociedad, en este momento raro que estamos viviendo, es la del consejo de ancianos". "Desdeñamos la sabiduría que se tiene simplemente por la experiencia de haber vivido; estamos solamente en lo inmediato, lo noto en algunos jóvenes poetas y escritores a los que no les interesa la tradición, pero los escritores necesitamos lenguaje, herramientas", argumenta.

Soler es uno de los más destacados exponentes de la explosión
cultural y literaria de los años ochenta. El autor --que se define como un "poeta que escribe novelas" y ha ganado premios como el Adonais-- es responsable de títulos como 'El grito' (1979), 'El corazón del lobo' (1982), 'El sueño de Torba' (1983) o 'Barranco' (1985).

En el apogeo de su proyección pública, decidió retirarse y mantuvo veinticinco años de silencio editorial, dedicado a sus clases en la universidad. En 2009, el autor valenciano regresa con un poemario, 'Maneras de volver' (traducido y publicado en inglés, húngaro, rumano y japonés), al que siguió 'Las cartas que debía', 'Ácido almíbar' (Premio de la Crítica Literaria Valenciana) y 'No eres nadie hasta que te disparan', publicado en edición bilingüe en Italia y Estados Unidos.

En abril de 2018 desarrolla de nuevo su faceta de narrador con la novela 'El último gin-tonic'. Con 'Necesito una isla grande', el escritor considera da por cumplida, al menos por el momento, su producción novelística, pero asegura que seguirá trabajando en poesía.

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