VALENCIA, 10 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un cuadro del siglo XVIII que se encontraba en el altar de la Catedral de Valencia y que fue troceado durante la guerra civil en 1936, ha podido ser restaurado íntegramente después de haber sido descubiertos todos los fragmentos en que fue destruido en el almacén del museo catedralicio, informaron fuentes del Arzobispado a través de AVAN.
La restauración del cuadro ha sido financiada por la Diputación de Valencia, cuyo presidente Fernando Giner, presentará mañana el trabajo realizado a las 13.30 horas.
La obra, un óleo sobre lienzo titulado 'San Agustín', fue pintada entre 1781 y 1783 por el valenciano José Camarón Bonanat y mide 174 centímetros de alto y 124 de ancho. Representa a San Agustín como obispo y doctor de la Iglesia sentado delante de un atril con un libro abierto, en el que puede leerse el título de su tratado 'De civitate Dei', en el que defendió al cristianismo frente al paganismo.
El santo aparece en un éxtasis, con la cabeza girada y la mirada alzada, revestido con el alba y una capa pluvial de rico brocado en la que pueden verse bordadas las figuras de San Pedro y San Pablo.
El lienzo "fue arrancado del altar de San Agustín en el crucero de la puerta de la Almoina el 21 de julio de 1936, durante el saqueo" de la Catedral de Valencia y "roto en muchos pedazos que quedaron diseminados por el suelo de la Catedral, aunque luego alguien los recogió y los llevó al Ayuntamiento, que más tarde los devolvió a la Seo", según explicó el presidente de la comisión diocesana de Patrimonio del Arzobispado de Valencia, Jaime Sancho.
Se trata de una "obra maestra" de Camarón, según Sancho, porque "los rayos de luz que iluminan desde lo alto el rostro en éxtasis de San Agustín están armonizados con la luz que penetra por el cimborrio de la Catedral". El presidente de la comisión de Patrimonio precisó que "la obra fue encargada a Camarón por el erudito Gregorio Mayans y su hermano Juan Mayans, que era deán de la Catedral de Valencia" .
Tras la rehabilitación del cuadro, que han desarrollado durante un año los especialistas Miguel Burgueño y María Alvarez Gil en el taller de restauración de la Catedral, la obra volverá a ser colocada en su emplazamiento original en la capilla de San Agustín, de la Seo.
