VALENCIA, 2 Sep. (EUROPA PRESS) -
La conselleria de Territorio y Vivienda está desarrollando planes de conservación de recursos genéticos de cuatro especies arbóreas amenazadas de la Comunitat Valenciana --el tejo, el olmo de montaña, el álamo temblón y el tilo--, según confirmó hoy la secretaria autonómica de este departamento, Cristina Serrano.
La estrategia propone, para las especies en regresión, establecer planes específicos, que deben incluir el inventario de las poblaciones, el análisis de su estado y de las posibles amenazas y la determinación de planes de conservación que "permitan la salvaguarda de las especies", destacó Serrano.
Indicó que a través de estos planes "se protege la biodiversidad en los ecosistemas forestales valencianos, especialmente a través del material genético, como las semillas, de las diferentes poblaciones, para mantener su capacidad de adaptación frente a posibles cambios ambientales, como el cambio climático asociado al efecto invernadero o situaciones de estrés".
Asimismo, explicó que "se prevé realizar un refuerzo de poblaciones de álamo temblón y de tilo en las comarcas del norte de Castellón, con plantas obtenidas a partir de semillas de las poblaciones originales".
Según fuentes del Consell, en estas mismas comarcas se establecerá un huerto de progenies de Olmo de montaña, especie "gravemente" amenazada por la grafiosis, con ejemplares procedentes de cada una de las poblaciones actuales y alguna de las ya extinguida.
Respecto al tejo, la especie con el plan "más ambicioso", a juicio de Serrano, se establecerá durante los próximos meses un banco clonal con réplicas vegetativas de las poblaciones más amenazadas de las comarcas del sur de Valencia y del norte de Alicante. Además, el centro producirá nuevas colecciones de brinzales para futuros refuerzos de las poblaciones amenazadas.
BANCOS CLONALES
Los bancos clonales son huertos obtenidos mediante estaquillado de ejemplares de las poblaciones naturales, mientras que los huertos de progenie se obtienen a través de semillado, que se plantan en enclaves agrícolas de montaña alejados del monte.
De esta manera, se garantiza la conservación de toda o buena parte de la información genética de las poblaciones originales, en lugares con "bajo" riesgo de sufrir incendios, y donde pueden aplicarse tratamientos fitosanitarios de prevención u otras medidas de gestión agronómica.
También se dispone de una fuente de materiales de reproducción con los que restaurar las poblaciones originales, en caso de que éstas sufran alguna perturbación importante que comprometa su viabilidad.
La implementación de los planes de conservación de las especies amenazadas incluye la aplicación, tanto de técnicas 'in situ' como delimitación de rodales, corredores y unidades de conservación, o reservas genéticas forestales, que deben contar con medidas especiales de gestión y que, en todos los casos, tienden a la preservación, no sólo de las especies consideradas, sino de los hábitats forestales completos donde éstas viven.
Asimismo, también se recogen técnicas 'ex situ', que pueden suponer desde la conservación de materiales genéticos en el Banco de semillas forestales al establecimiento de huertos semilleros, huertos de progenie, bancos clonales, huertos de cepas madres y otras plantaciones relacionadas con la conservación.
