VALENCIA, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Ayuntamiento de Valencia se une al Día Mundial de la Salud 2008, que se celebra mañana, que este año se ha centrado en trabajar para proteger a las personas frente a los efectos adversos que conlleva el cambio climático en la salud.
Las delegadas de Sanidad y de Cambio Climático, Lourdes Bernal y María Àngels Ramón-Llin, respectivamente, subrayaron en un comunicado que el cambio climático "cada vez es más importante para la seguridad sanitaria mundial" por lo que consideraron que la celebración de la nueva edición del Día Mundial de la Salud constituye "una oportunidad para llamar la atención de la población y organizaciones". "Es preciso despertar la conciencia colectiva sobre las consecuencias que para la salud de este fenómeno", manifestaron.
La Primera Asamblea Mundial de la Salud, que se realizó en 1948, estableció el Día Mundial de la Salud con el fin de conmemorar la creación de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Este día se celebra cada año el 7 de abril y sirve para sensibilizar acerca de los problemas fundamentales de salud pública en todo el mundo. Este año, el Día Mundial de la Salud celebra también el 60 aniversario de la OMS.
Las ediles destacaron que el cambio climático ocupa una posición "cada vez más importante entre las prioridades internacionales" y aseguraron que el consistorio trabaja "para concienciar a los ciudadanos de que la salud también va ligada al cambio climático y que, por ello, cualquier contribución que hagamos en nuestra vida cotidiana a frenar ese cambio, que está produciendo el calentamiento global de la tierra, supone una actuación individual para evitar el deterioro de nuestra salud y de la de toda la humanidad".
La atmósfera del planeta Tierra se está calentando, ya que, según los científicos, es muy probable un calentamiento de por lo menos 0.2 grados centígrados por década en el futuro cercano. Según explicaron, esto se debe a que el desarrollo económico, social y cultural de la humanidad en los últimos 200 años se ha basado en la utilización de energía extraída, fundamentalmente. de combustibles fósiles, es decir, carbón y petróleo.
La utilización de estas fuentes de energía tiene como efecto residual la emisión de dióxido de carbono y de otros gases, cuya acumulación en la atmósfera genera el efecto invernadero, una de cuyas consecuencias derivadas es el cambio climático, producido por calentamiento de la atmósfera. En este sentido, la progresiva deforestación del planeta es una causa adicional.
Bernal y Ramón-Llin indicaron que cuando desde el Ayuntamiento de Valencia se promueve la utilización del transporte público o de la bicicleta, se contribuye "a reducir la emisión de gases de efecto invernadero, y al mismo tiempo, a motivar al ciudadano a generar efectos positivos sobre su salud, porque entre otras cosas --añadieron-- al mejorar la calidad del aire contribuimos a mejorar la salud respiratoria".
Al respecto, señalaron que salud y cambio climático tienen "una conexión importante" por lo que desde el Ayuntamiento de Valencia "se quiere contribuir a reducir ese efecto negativo". En opinión de las concejalas, "poder contribuir desde el ámbito local a solucionar un problema mundial nos debe motivar a todos para seguir luchando contra el cambio climático".
