MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -
El actor y director francés Cédric Klapisch estrenó en 2002 'Una casa de locos' ('L'auberge espagnole'), una película rodada en apenas cinco meses con la que a pesar de no tener muchas esperanzas logró un gran éxito en su país y en el resto de Europa.
Una década más tarde, y tras estrenar en este periodo la segunda parte ('Las muñecas rusas', 2005), llega a los cines la película que cierra este trilogía: 'Nueva vida en Nueva York', en los cines españoles el próximo viernes 16 de mayo.
Según ha explicado Klapisch durante una entrevista concedida a Europa Press, "cuanto más avanza la vida más se complica, y cuando más complicada es, en lugar de convertirse en un problema, hace todo más interesante".
Por este motivo, e intrigado sobre la deriva de sus personajes, decidió mostrar hacia dónde habían ido sus ficticias vidas. "La vida es como un árbol, es complicado. Hay raíces, va creciendo, salen ramas y hojas que tratan de buscar la luz del sol y siempre de una forma extraña y complicada, pero en el fondo es hermoso", compara el cineasta.
Para Klapisch, "ha sido interesante esperar diez años", una sensación que, según revela, también compartían los actores que han participado en esta trilogía: Romain Duris, Cécile de France, Kelly Reilly y Audrey Tautou.
Preguntado acerca de una futura cuarta parte, Klapisch cree que una trilogía funciona bien y que es un número redondo para terminar esta historia, aunque no cierra la puerta y prefiere esperar a que pase de nuevo una década.
Problemas sociales como las separaciones matrimoniales, que en Francia viven el 60 por ciento de los niños menores de diez años, es uno de los temas que aborda esta película, así como un trasfondo en el que se intuye un periodo de crisis.
A pesar de ello, Klapisch no tiene la sensación de estar en un periodo de depresión y cree que la gente quiere reaccionar, algo que se observa en el hecho de que haya bajado la media de edad a la que las mujeres francesas tienen su primer hijo. "El hecho de tener hijos y enamorarse forma parte de esto. Enamorarse es barato, me da la impresión de que existe una especie de voluntad de tener esperanza aunque haya crisis", opina.
"ADULESCENCIA"
A pesar de que prolongar en la gran pantalla el destino de los personajes de 'L'auberge espagnole' no estaba en sus planes, una vez comenzó con el trabajo se dio cuenta de que las primeras dos películas abordaban mucho la inmadurez, "lo que en Francia se llama la adulescencia", mezcla entre edad adulta y adolescencia.
"Muchos dicen que la nueva generación trata de ser joven durante mucho tiempo, así que era importante contar lo que ocurre a los 40, ver cómo el hecho de ser padre y de afrontar asuntos profesionales hace que pasemos a cosas más profundas y menos ligeras. Hay algo interesante en ello", apunta.
A Klapisch le gustan los contrastes culturales porque, según indica, "en la vida moderna todo empuja a ser mundial y a los choques con otras culturas". Esto y la necesidad de llevar su historia más allá de Europa, le llevaron a desarrollar esta nueva aventura en Nueva York.
"Es la ciudad que mejor lo describe, más que Kong Kong, Londres o París. Es una ciudad donde hay gente de todo el mundo, no hay otra ciudad que sea así. Nadie es de allí y la idea de inmigración es distinta, es una ciudad donde no hay verdaderos neoyorquinos", añade.
