El cine español pisa fuerte en el festival con 'La habitación de Fermat' y 'El rey de la montaña'

Actualizado: domingo, 7 octubre 2007 17:08


SITGES (BARCELONA), 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

El cine español sigue pisando fuerte en el Festival de Cine de Sitges con el thriller matemático 'La habitación de Fermat', ópera prima de Luis Piedrahita y Rodrigo Sopeña, y la angustiosa 'El rey de la montaña', de Gonzalo López-Gallego, ambas en la Sección Oficial Fantastic.

Tras la inaugural 'El orfanato', de J.A. Bayona, la crítica a los medios de Jaume Balagueró y Paco Plaza en 'Rec' y la trama con la dictadura militar argentina de 'Aparecidos', de Paco Cabezas, ahora ha sido el turno de estos dos films, que evidencian la apuesta del festival por la nueva producción estatal.

En 'La habitación de Fermat', Piedrahita y Sopeña tejen una historia en la que cuatro matemáticos se ven encerrados en una habitación para resolver acertijos. A medida que el tiempo pasa y no desvelan algunos de ellos, las paredes de la cámara van moviéndose sin saber por qué han acabado en esa situación.

Piedrahita explicó hoy en Sitges que él y Sopeña han hecho "la película que nos gustaría ver en el cine", con pocos actores y en un lugar cerrado, admitiendo referencias claras como 'Cube', 'El método' o incluso 'La guerra de las galaxias'.

Luis Piedrahita recordó que ambos directores son "de letras" y su día más feliz fue cuando dejaron de estudiar matemáticas. Sin embargo, dijo que los acertijos de la película son más lógicos que matemáticos --incluido un guiño a la película 'Dentro del laberinto'-- porque el no acertarlo era "humillante" para los protagonistas.

Sopeña aseguró que en la película querían obviar el tópico de que los matemáticos son "empollones" y "grises", y mostrar que son "apasionados" en la resolución de los enigmas.

El elenco de actores de la película está formado por Lluís Homar, Santi Millán, Elena Ballesteros y Alejo Sauras, además de la inquietante presencia de Federico Luppi como Fermat. De todos ellos, tan solo Homar tiene un pasado matemático ya que su padre era profesor, el resto admitieron que no era la suyo en la escuela.

Luis Piedrahita remarcó el "infierno" que supuso rodar la película en una habitación que iba encogiendo, ya que cada vez era más difícil para el reparto y el equipo técnico, además de lo claustrofóbico que era con las máquinas prensadoras alrededor. Los actores recordaron el alivio que les supuso que las últimas tomas que rodaron fueras las del pantano de Sau.

DE CAZA POR LA MONTAÑA

La otra película española del día ha sido 'El rey de la montaña', la nueva película de Gonzalo López-Gallego protagonizada por Leonardo Sbaraglia y María Valverde, una angustiosa historia en la que los dos protagonistas se ven atrapados en una montaña perseguidos por un enemigo misterioso y desconocido.

En la rueda de prensa en Sitges, López-Gallego remarcó que en la película ha querido plasmar la "falta de afecto" que se está extendiendo en la sociedad, con la que los niños se convierte en "autómatas, no distinguiendo entre una persona y una cosa, y sin diferenciar ficción y realidad".

La historia de la película, un hombre (Sbaraglia) que va en busca de su ex novia, pero que se ve atrapado en un frondoso bosque sin coche ni cobertura en el móvil, siendo disparado por una silueta. Tan sólo encontrará a Bea (Valverde), una joven de la que desconfía, pero con la que tendrá que unir fuerzas para salir de la situación.

En la película se producen diferentes cambios del punto de vista, primero con la angustia que padecen los protagonistas por no saber quién les está disparando, y luego, al descubrirse el villano, quedándose con él "para saber cómo piensa", con un uso de cámara similar al videojuego.

Gonzalo López-Gallego aseguró que siempre le ha llamado la atención cómo la esencia del thriller remite a los videojuegos, "acompañando al protagonista". Es por ello, que en la película hay referencias a diversos videojuegos, pese a que la fotografía recuerde películas de los años 70 como 'La caza' o 'Deliverance'.

Los actores explicaron que sus papeles fueron muy físicos, ya que pasan corriendo por el monte gran parte de la película. El film se rodó en parajes a más de 1.000 metros de altitud, lo que requería una cierta preparación, que, como explicó Sbaraglia, "sacas de las entrañas" al encarnar roles de estas características.

Sbaraglia remarcó que la película se podría haber realizado de una forma más convencional, pero que fue precisamente los cambios de punto de vista y la temática los que le hicieron aceptar el proyecto. "Busco proyectos que supongan un reto como actor y me devuelvan algo en lo personal", añadió.

El actor celebró que surjan nuevos directores españoles para "renovar" el panorama, pero lamentó los problemas que tienen para la exhibición de sus trabajos. En este punto, Gonzalo López-Gallego coincidió con Sbaraglia en lo difícil que resulta conseguir apoyos "si te sales de la norma", aunque dijo que la situación "ha cambiado un poco", como lo demuestra esta edición del Festival de Sitges.