"Mi retirada no ha podido ser mejor", afirma el Goya de Honor de la Academia Alfredo Landa

EP
Actualizado: sábado, 2 febrero 2008 11:29


MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -

La pasión por la interpretación le atrapó cuando sólo era un adolescente. Tras 49 años sobre los escenarios y anunciada hace unos meses su retirada de la profesión de "cómico", Alfredo Landa (Pamplona, 3 de marzo de 1933) afirma que la concesión del Goya de Honor de la Academia de Cine es el colofón de su carrera. "Mi retirada no ha podido ser mejor. Llegué y me voy por la puerta grande", dice. Además, se ilusiona con la idea de poder recibir un Goya más por su "excelente" trabajo en 'Luz de domingo'. "¿Y por qué no?".

El actor y representante del "fenómeno sociológico del 'landismo'", del que dice estar "orgullosísimo, satisfecho y encantado de la vida", es rotundo al señalar que el Goya (tercero en su carrera) es para él algo "acojonante". "Implica todo", subraya el actor, que un día se dio cuenta de que había desaparecido la "pasión" por hacer cine y consideró que ya "no merecía la pena".

"Sin ilusión, no vas a ninguna parte en esta profesión", apunta Landa, quien considera que era "inteligente decir adiós" a tiempo. "Me ayudó ver a Induráin dejar el ciclismo", recuerda el veterano actor, que no encuentra "poso de tristeza" en estos casi 50 años de profesión. "Cuando le conté a mi mujer, mi 50 por ciento, lo de la desaparición de la pasión, me dijo 'Ole'".

Decidió ser cómico -"porque los actores, como dice Berlanga, somos cómicos"- con tan sólo 15 años, tras un primer primer éxito con una función de Muñoz Seca en su grupo de Acción Católica. "Tuve tres minutos de aplausos. Lo hice como Dios de bien. Y en aquel momento, lo juro, sentí un destello fuerte dentro de mí y me dije 'yo tengo que ser cómico'", rememora el actor, durante un encuentro con los prensa.

Un 8 de octubre de 1958 cogió el expreso de las siete de la tarde que salía de San Sebastián rumbo a Madrid -"una ciudad abierta, amable y cariñosa, que me ha facilitado todo"- y poco después llegaría su debut en 1962 con 'Atraco a las tres', de José María Forqué. "Llegué por la puerta grande y también me voy por la puerta grande, porque el Goya de Honor es la pera limonera", agrega.

DOS GOYAS MEJOR QUE UNO.

Pero lo que pondría la guinda a una carrera llena de éxitos -Landa tiene en su filmografía más de 120 películas, además de un extenso trabajo en teatro y televisión-, sería que el próximo domingo recibiera en la gala de los Goya otro galardón más: el de Mejor Actor por su papel en 'Luz de domingo', de José Luis Garci. "Mi trabajo en 'Luz de domingo' es excelente. ¿Por qué no me van a dar también el Goya al Mejor Actor?", se pregunta lleno de alegría e ilusión.

Consciente de que en su vida ha hecho películas "regulares, excelentes y malas" -"si no hay contraste, no es vida ni es nada", precisa-, Alfredo Landa se considera "un todoterreno, un Land Rover". No obstante, siempre se ha sentido "más cómodo" haciendo humor. "Para mí, la comedia, es el mejor género", afirma el actor, para el que el cine actual "necesita ideas", porque tiene "una falta de talento descomunal".

"BANDERA" DEL CINE DE GARCI.

Al hablar de su relación con Garci, salen chispas, y a la pregunta de si le gustaría que el director de 'Volver a empezar' le hubiera entregado en la Gala el Goya de Honor sentencia: "antes loco que Garci". De hecho, poco después, preguntado por su posible participación en 'El dos de mayo' subraya: "antes monja que trabajar en 'El 2 de mayo'".

"Pienso que he sido la mejor bandera del cine de Garci", prosigue, después de reconocer que ha habido "un mal rollo" con el cineasta. Y deja caer sus palabras, al precisar que sabía "quién tiene la culpa de que 'Luz de domingo' no haya ido muy bien en taquilla".

Aficionado a ir al cine "como mínimo" dos días en semana, Landa, casado desde hace 47 años con Mayte (son padres de tres hijos y abuelos de cuatro nietos), se plantea ahora disfrutar de su tiempo libre. "No me gusta madrugar y me gusta trasnochar", concluye un actor que se siente orgulloso de haber actuado siempre "con limpieza".