Crítica de Godzilla: El rey de los monstruos

Godzilla
Foto: WARNER BROS. PICTURE
Godzilla Godzilla Godzilla Godzilla
Actualizado: viernes, 16 mayo 2014 11:06

MADRID, 15 May. (EUROPA PRESS - Israel Arias)

   El rey de los monstruos vuelve a rugir en los cines. Llega a las salas españolas Godzilla, la nueva adaptación que recupera la colosal criatura creada por Tomoyuki Tanaka hace ahora 60 años.

   Gareth Edwards, responsable de la interesante cinta de alienígenas Monsters, capitanea el regreso de Godzilla a los cines, donde no veíamos al monstruo desde 1998 en aquella aparatosa adaptación que dirigió Roland Emmerich. Un antecedente que el nuevo Godzilla mejora sustancialmente.

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   El joven, y un tanto insulso, matrimonio formado por Aaron Taylor-Johnson y Elizabeth Olsen -a los que pronto nos encontraremos, esta vez como hermanos, en secuela de Los Vengadores- encabeza el reparto "humano" de una cinta que también cuenta con Ken Watanabe y Sally Hawkins -científicos eruditos que siguen los orígenes de Godzilla- con una fugaz Juliette Binoche y con Bryan Cranston, el ya eterno Walter White de la difunta Breaking Bad. Otro monstruo.

   Él y Godzilla no son los únicos. Y es que, tal y como ya vimos en los demasiado reveladores tráilers, esta nueva versión pone más criaturas enormes en danza. Todo sea por el bien del espectáculo. Que de eso hay, y mucho, en Godzilla. Aunque el arranque de la fiesta se haga esperar.

PACIENCIA Y RECOMPENSA

   En su afán por perseverar en el patrón estilístico que mostró, con acierto, en su anterior trabajo, donde los gigantescos extraterrestres eran una amenaza que solo veíamos de soslayo, Edwards dilata, quizás en exceso, la exhibición del monstruo en una primera hora centrada en la figura de Cranston y sus teorías de la conspiración.

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   Y sí, es cierto que los fuegos de artificio se hacen esperar... pero la paciencia tiene su recompensa. Con una factura técnica impecable y rodadas con la potencia necesaria, las secuencias de acción protagonizadas por el mastodóntico e imponente "depredador alfa" y sus también gigantescos adversarios son espectaculares. Lo son a pesar incluso del ya inevitable empeño en servirlas aderezarlas con un innecesario -y por suerte no molesto- 3D.

   Especial atención merece la música de Alexandre Desplat. El autor de las deliciosas músicas de las dos últimas genialidades de Wes Anderson (Moonrise Kingdom y Gran Hotel Budapest) y nominado al Oscar por Philomena demuestra en Godzilla que es capaz de tocar todos los palos con igual maestría.

MALDITOS HUMANOS

   En el debe del nuevo Godzilla destacan los altibajos de un guión que firma Max Borenstein y que toma como base -siempre según la versión oficial- una historia de David Callaham. Un libreto en el que se nota que han metido mano demasiadas plumas y que, con la excepción del entregado Cranston, no consigue despertar el interés por ningún ser vivo que no sea gigantesco y radioactivo.

   Pero aunque su trama experimente algún giro cuestionable, su moraleja ecologista esté metida con calzador y su subtrama familiar (ojo, la humana) carezca totalmente de interés, el rugido es poderoso y estas taras no consiguen herir de muerte al nuevo Godzilla y devolverle a las profundidades del océano. El bicharraco "tira pa'lante" y cumple, sin deslumbrar, con lo prometido.