García May escribe y dirige 'El hombre que quiso ser rey', una historia de amistad inspirada en el relato de Kipling

Centro Dramático Nacional
Actualizado: martes, 18 noviembre 2008 21:28


MADRID, 18 Nov. (EUROPA PRESS) -

Ignacio García May escribe y dirige 'El hombre que quiso ser rey', un montaje inspirado en el popular relato de Rudyard Kipling que, en ningún caso es una adaptación, sino una "reescritura" del mismo y que se estrenará el próximo jueves en la Sala de la Princesa del Centro Dramático Nacional.

Así lo explicó hoy el propio autor quien ha contado para llevar adelante este trabajo escénico con los actores José Luis Patiño y Marcial Álvarez en los papeles de Daniel Dravot y Peachey Carnehan, respectivamente.

"Este no es un espectáculo más para mí -confesó García May- pues quería hacerlo desde hace 25 años y pensé que a nadie la interesaría hasta que recuperé la idea y se la propuse a Gerardo Vera (director del Centro Dramático Nacional) que la acogió con verdadero entusiasmo", señaló.

En esta obra, se narra la historia de dos soldados del ejército colonial en La India que deciden buscar una vida mejor y se embarcan en un viaje a Kafiristán (un espacio fronterizo que, según las enciclopedias se sitúa actualmente entre Afganistán y Pakistán). Ambos van en busca de la ciudad perdida de Alejandro Magno en la que se decía que existía un enorme tesoro y que les lleva a iniciar una aventura en sus vidas.

Las pequeñas dimensiones de la Sala de la Princesa (reducida para la ocasión a 60 butacas) funciona "muy bien" en esta producción, según García May quien dijo haber diseñado ante todo "un trabajo sencillo y muy teatral" en el que se elige una tienda de alfombras como el lugar donde transcurre toda la acción. "Es un espacio básico muy ligado al mundo oriental en el que los comerciantes, antes de venderte algo, te sirven un té y te cuentan historias", explicó.

Junto a Álvarez y Patiño intervienen en esta producción los músicos Majad Javadí y Eduardo Aguirre de Cárcer, quienes también actúan en la obra. Ambos son responsables no sólo de la música sino además de los efectos especiales buscando ante todo una "teatralidad esencial". Javadí señaló que se han utilizado melodías de Oriente Medio junto a la utilización de instrumentos persas pero también occidentales.

El vestuario, diseñado por Almudena Rodríguez Huertas, es muy rico y colorista, al igual que la iluminación, de la que se ha encargado Luis Perdiguero y que hacen que éste sea un "espectáculo en tecnicolor que no forma parte de un capricho sino del mundo que se quería contar", matizó García May.

HERMOSA HISTORIA DE AMISTAD

Para José Luis Patiño, uno de los 'culpables' de que el autor recuperase este proyecto perdido en un cajón, la obra es, ante todo, "una hermosa historia de amistad". El actor explicó que, a diferencia de la famosa película protagonizada por Michael Caine y Sean Connery, los dos soldados de la función "poseen desde el principio una caracterización psicológica que les define claramente a cada uno".

A este respecto, el autor y director señaló que se ha negado siempre a tomar una película como referente para construir una función de teatro, y que ha preferido, en cambio, utilizar otros materiales literarios, geográficos, etc.

La vigencia de la obra está clara para sus protagonistas que ven en el marco geográfico en el que se desarrolla un "lugar enigmático y difícil entonces y ahora" y que lo hace muy reconocible en la actualidad por los componentes de "engaño, poder, superioridad técnica o tener como objetivo el dinero" que se dan cita en ella, apuntó Marcial Álvarez, entusiasmado con el deseo de los dos soldados por "cambiar su destino".

García May coincidió con él y aseguró que ambos personajes hacen "un programa de vida" de esa decisión de cambiar las cosas "a pesar de tener todo en contra". Sin embargo, se mostró crítico con aquellos que confunden "exotismo con aventura" y aseguró que si bien es verdad que las del siglo XIX parecen más exóticas hoy en día montar un espectáculo también constituye una aventura".