José Saramago recurre a su niñez para entender el hombre que es hoy en el libro 'Mis pequeñas memorias'

Actualizado: jueves, 25 enero 2007 16:35


MADRID, 25 Ene. (EUROPA PRESS) -

José Saramago recurre a su niñez, a su adolescencia, a su relación con la tierra, con los animales, con el frío y con la pobreza en una casa humilde de un pequeño pueblo portugués, para entender el hombre que es hoy y contarlo en su último libro titulado 'Mis pequeñas memorias' (Alfaguara).

Saramago, que se ve en el pasado como un niño melancólico y callado, que aprendió de sus padres analfabetos los valores que le han servido durante toda su vida, reconoció hoy que este libro ha sido útil para "reencontrarse consigo mismo" y "entender lo que soy yo sin Premio Nobel".

"Lo que cuento en el libro son recuerdos permanentes que siguen en mí, no son memorias, es algo que acabo de vivir, que acabo de sentir o de experimentar", confesó el autor, quien si tuviera que revivir algún episodio concreto de su infancia o adolescencia, volvería a vivirlo todo.

REVIVIR EL FRIO Y EL HAMBRE

"Reviviría el frío, el hambre, y todo lo que sentí entonces porque sería la única forma de volver a ser quien soy", reconoció este escritor, quien aseguró que había sido "muy difícil" escribir este libro porque su estado de salud era "muy lamentable".

"Ha sido un año muy complicado desde el punto de vista de la salud y ahora estoy un poquito flojo", confesó el autor, para quien un" hipo continuo" que sufrió durante más de un mes y medio y la medicación que le recetaron han estado a punto de "quitarme la vida".

'Mis pequeñas memorias', que llevaba escribiendo desde hace casi veinte años pero que interrumpía siempre para centrarse en alguna de sus novelas, describe la realidad rural de los años 20 y 30 y los momentos íntimos y sentimentales que vivió junto a sus padres y abuelos.

"Hay momentos muy duros en este libro vividos por mi o en los que he estado yo presente", declaró el autor, que reiteró tanto a su editora en Alfaguara como a los periodistas, que no iba a ver una 'segunda parte' de estas memorias a semejanza de la saga de Harry Potter.

"HUNDIDOS EN LA MIERDA"

Preguntado por el optimismo presente en este último libro, Saramago respondió que no se puede ser optimista en la época en la que vivimos. "Estamos hundidos en la mierda del mundo y no se puede ser optimista". "El que es optimista o es estúpido o es millonario y le importa un pepino lo que ocurra a su alrededor", apuntó el Nobel.

En esta misma línea, aseguró que estamos rodeados de "basura", tanto en la calle, en la televisión, en las escuelas e incluso en nuestras mentes y criticó la confusión de la sociedad entre dos conceptos básicos: instrucción y educación.

"Instrucción es trasmitir conocimientos y educación es inculcar valores y la escuela no puede y no tiene medios para educar", destacó este escritor, que ha mantenido una postura crítica y reivindicativa frente a muchos problemas de la sociedad actual.

EL FRÍO DE LOS LECHONES

Pero en 'Mis pequeñas memorias', Saramago retrocede casi un siglo y nos relata anécdotas sorprendentes como cuando cuenta que si los lechones pasaban frío, los abuelos los metían en la cama, junto a ellos. "Hablo de mis padres y de mis abuelos, que están todos muertos y de las personas que no han dejado nada y yo les he recuperado para otra forma de vida". "Yo los tengo aquí en este libro como si estuvieran vivos--dijo alzando un ejemplar-- y eso me da un sentimiento de poder".

La ascensión a los árboles, la caza de los renacuajos, o la soledad mágica de un bosque pululan por estas páginas que muestran a un Saramago al desnudo.

El libro también describe las primeras lecciones de Saramago en el colegio y más tarde en la escuela industrial y como telón de fondo, una época convulsa, la Guerra Civil española o el nacimiento de las dictaduras de Hitler y Salazar.

"Es un libro bello, extremadamente bello, en donde se expone la verdad y nos recuerda quiénes fuimos y quienes no debimos dejar de ser nunca", concluyó su mujer y traductora, Pilar del Río.