El Prado busca justicia para las mujeres artistas con la exposición 'Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana'

Autorretrato ante el caballete Sofonisba Anguissola Óleo sobre lienzo h. 1556-57 Polonia, The Castle  Museum in Lancut
Autorretrato ante el caballete Sofonisba Anguissola Óleo sobre lienzo h. 1556-57 Polonia, The Castle Museum in Lancut - MUSEO DEL PRADO - Archivo
Publicado: lunes, 21 octubre 2019 16:55

   El museo está estudiando la compra de obras realizadas por mujeres, según ha afirmado Miguel Falomir

   MADRID, 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El Museo Nacional del Prado dedica desde este martes 22 de octubre hasta el 2 de febrero la exposición 'Sofonisba Anguissola y Lavinia Fontana. Historia de dos pintoras', con la que la pinacoteca continúa su labor de enmendar la laguna de mujeres en los museos del mundo, según ha destacado este lunes el director del Museo del Prado, Miguel Falomir, en rueda de prensa.

   Esta exposición, la segunda que el Prado dedicada a artistas femeninas, después de la muestra organizada en 2016 en torno a la artista flamenca del siglo XVII Clara Peeters, está dedicada a dos artistas que, a pesar de estar cercanas tanto cronológicamente como geográficamente, representan dos formas de "sentir y posicionarse" en la Europa de los siglos XVI y XVII, en palabras de Falomir.

   No obstante, en palabras de Leticia Ruiz, comisaria de la exposición y jefa del Departamento de Pintura Española hasta 1500, ambas artistas, que se reúnen por primera vez en una exposición, contribuyeron a trazar los "peldaños decisivos" hacia una "visibilización femenina" y encontrar en la práctica artística algo "honorable".

   La exposición presenta un total de 65 obras procedentes de más de una veintena de colecciones europeas y americanas. Por un lado, Sofonisba Anguissola (ca. 1535-1625), una mujer noble, se sirvió de la pintura como una forma de ocupar la posición social, mientras que Lavinia Fontana (1552-1614) siguió un perfil profesional "más cercano y parejo" al de la gran parte de las mujeres artistas, y se convirtió en "la primera mujer profesional de la pintura".

   Uno de los aspectos llamativos de esta exposición es que el espectador no verá los temas que habitualmente ha sido considerado "pintura de mujeres", tales como bodegones, retratos o naturaleza muerta. En cambio, en esta exposición se incluyen desnudos, cuando este tema era un "tabú en la enseñanza de las mujeres" e iba "contra el decoro femenino".

COMPRA DE OBRAS DE MUJERES

   Durante esta presentación, Falomir ha confirmado que el museo está estudiando varias adquisiciones y confía en que en los próximos meses se pueda materializar la compra de obra de artistas femeninas, aunque no ha querido dar nombres de artistas para evitar que se eleve el precio. Además, ha avanzado que el próximo año el museo acogerá la exposición la mujer en la pintura española a finales del siglo XVI y principios del XVII.

   Preguntada por el espacio que las mujeres ocupan en las salas del museo --con un total de 12 obras expuestas de las 1.724 exhibidas--, Leticia Ruiz ha señalado que el museo cuenta con un espacio concreto y pone de ejemplo que un pintor "tan importante" como Vicente Carducho en el reinado de Felipe III solo se muestra una obra, y el museo posee en torno a 70.

   En este sentido, Falomir ha agregado que si el Prado tuviera listo el Salón de Reinos habría más espacio, algo que ocurrirá, tal y como ha indicado, cuando haya Presupuestos Generales del Estado e "incluya" la partida correspondiente.

   En cuanto a los problemas de atribuciones de estas artistas, la comisaria ha explicado que se deben a una combinación de aspectos. En el caso de Sofonisba se explica porque los mayores errores fueron las obras del periodo español, cuando realizó retratos pero no los firmó porque no le correspondía.

   Uno de los ejemplos es el retrato de Isabel de Valois, que "durante mucho tiempo" aparecía en los inventarios reales como Sánchez Coello, y que incluso ni siquiera se reconocía a la reina que aparecía. Tal y como ha indicado, en retratos que no estaban firmados y que tenían un aire de la época de Felipe II se achacaban a Tiziano, el principal retratista, y cuando el pintor que inventariaba "afinaba un poco más" y veía que no era el estilo Sánchez Coello lo atribuía a Pantoja de la Cruz o al taller.