Amélie Nothomb regresa a Japón con 'Ni de Eva ni de Adán'

Actualizado: martes, 3 marzo 2009 18:15

BARCELONA, 3 Mar. (EUROPA PRESS) -

La escritora belga Amélie Nothomb regresa a su Japón natal en su última novela, un relato autobiográfico en el que narra la peculiar historia de amor que surge entre una maestra de francés y un joven oriental. 'Ni de Eva ni de Adán' (Editorial Anagrama) supone la vuelta de Nothomb a Tokio, donde ya ambientó el exitoso 'Estupor y temblores'.

En su nueva novela, Amélie Nothomb traza un relato autobiográfico en el que reconstruye una historia de amor con Rinri, un joven japonés al que conoció dando clases particulares de francés en 1989. A partir de la relación maestra-alumno surgió una historia de amor que Nothomb aprovecha para repasar algunos aspectos de la cultura japonesa.

En la presentación de la obra en Barcelona, Nothomb ha reconocido reconoció que este es el libro que ha tardado más en ver la luz, porque "la felicidad es una experiencia que necesita cierta digestión, y ésta ha sido una digestión muy larga". Pese a que 'Ni de Eva ni de Adán' traza una historia de amor real, la autora no ha dejado espacio al sexo.

"Hay una inadecuación entre sexo y lenguaje", alega la escritora para justificar esta ausencia y explicando que ésto no supone que la novela trate de un amor platónico, sino que simplemente decidió saltarse "algunos episodios". En esta línea, Nothomb evita las comparaciones con referentes literarios como 'Lolita'.

"Si hablara de sexo como se habla en 'Lolita' me tratarían de erotómana. Yo prefiero que haya un velo púdico", asevera Nothomb (Kobe, Japón; 1967) que al ser hija de un embajador pasó su infancia y adolescencia en el país nipón, que forma parte importante de sus obras. "Ser la novia de un japonés lleva a hacer un retrato de la sociedad japonesa", señala.

El mismo retrato que realizó en 'Estupor y temblores', en la que con grandes dosis de ironía describía el funcionamiento de la sociedad laboral japonesa y su intrincado sistema de ascensos y jerarquías. Nothomb critica la dureza del sistema educativo japonés, pero de sus años en el país le queda la disciplina.

Un ejemplo de esa disciplina es su forma de trabajo. Nothomb escribe durante 4 horas al día, de 4 a 8 de la mañana. "Puede parecer un castigo, pero para conseguir esta escritura necesito una fuerza mental que solo consigo a esas horas", explica una escritura que cada año culmina cuatro libros.

Aunque ha confesado que su estancia en Barcelona le ha servido para comenzar su novela número 66, Nothomb rechaza adelantar el contenido: "Mis libros son como mis bebés y yo no hago ecografías". Para explicar la necesidad de escribir, Amélie Nothom se remite a una cita de Virgina Wolf: "No ha pasado nada hasta que no se ha escrito".