MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -
Cristina Cerezales Laforet (Madrid, 1948) plasma algunas de sus experiencias y sensaciones vividas como peregrina del Camino de Santiago en la novela 'Por el camino de las grullas' (Destino). La escritora reúne a un grupo de caminantes de diferentes nacionalidades que se irán liberando de sus ataduras e irán tomando las riendas de su vida, encontrando la solución a sus dudas existenciales.
Cerezales tardó en completar este libro tres años, como explicó hoy en rueda de prensa. Pese a que en esta novela todos los personajes son ficticios, muchas de las situaciones parten de la experiencia de la autora como peregrina. "El hilo conductor de este libro es el camino físico que tantas veces he recorrido", dijo.
De las diferentes ocasiones en que ha realizado el Camino de Santiago, tanto sola como acompañada, Cerezales se queda con las "referencias sensoriales", la luz, el color, los olores. "La elaboración de este libro ha supuesto una catarsis para mí", aseguró.
A la hora de plasmar estas sensaciones, Cerezales escogió personajes de diferentes nacionalidades y edades y los puso "a andar". "Esa diversidad es una de las riquezas del Camino de Santiago", dijo la escritora, destacando "la riqueza inmensa" que se produce en los encuentros de los caminantes.
"TE SOLUCIONAN TANTO..."
Así Cerezales, autora además de 'Después de Bubhanesvar', 'Obra menor' y 'De oca y oca', ofrece una variedad de personajes, desde el "más intelectual que enfoca sus experiencias de forma mental y racional; otros más viscerales e intuitivos; y los artistas, que observan la visa bajo el prisma magnético del arte que desarrollan". "El encuentro con diferentes gentes a veces es un alivio tan grande y te solucionan tanto...", detalló.
Es por eso que, con diferentes metáforas Cerezales cuenta las sensaciones que no habría podido narrar de otra forma. "Tenía esa necesidad de contar lo que no se cuenta", puntualizó la autora, para quien el verdadero camino del peregrino comienza cuando regresa a su casa.
De hecho, afirmó que "lo más importante" del camino tampoco es llegar a Santiago, sino el día a día. Aunque reconoció que al llegar a la Plaza del Obradoiro "sientes una emoción que no habías planificado". "No sé por qué, pero el final del camino en Santiago tiene algo", concluyó.
