Espido Freire cuestiona la efectividad de las campañas de fomento de la lectura en niños y adolescentes

Actualizado: domingo, 7 mayo 2006 20:29


LEÓN, 7 May. (EUROPA PRESS) -

La escritora bilbaína Espido Freire, quien participó en León en el ciclo de encuentros 'Leer es un placer' en el marco de la Feria Internacional del Libro Infantil y Juvenil 'Leer León', se cuestionó hoy la efectividad de las campañas de fomento de la lectura dirigidas a niños y adolescentes.

Espido Freire indicó que las campañas no pueden luchar contra el entorno y la socialización. "No se puede pretender que los niños lean en un momento histórico y en una sociedad en que la información que se nos facilita es básicamente audiovisual, para empezar, leer siempre ha sido propio de una minoría y, para continuar, resulta mucho más inmediato y mucho más fácil sentarse ante la televisión", explicó.

La escritora señaló que la mayor parte de los niños pequeños tienen libros, tebeos y cuentos, y que los padres están muy pendientes y convencidos de que sus hijos tienen que leer, pero que es la preadolescencia y adolescencia la etapa de la vida en la que "esos lectores pequeñitos se pierden".

En su opinión, esto está motivado porque en estas edades "la educación no favorece en absoluto ni la lectura ni la literatura, los estudios de repente van en serio y los padres prefieren que estudien a que lean y es importante la socialización", ya que, explicó, comienza la presión del grupo y los jóvenes "prefieren salir y estar en grupo y no quedarse en un rincón leyendo".

Asimismo, la escritora consideró que la cultura mediterránea no favorece la lectura porque "tiene mucho sol, hay muchas oportunidades de salir fuera, el tiempo se organiza en torno a las comidas y a la familia".

Ante esta situación, señaló que a veces tiene la sensación de que con los adolescentes "tenemos la batalla perdida" a pesar de las iniciativas institucionales para fomentar la lectura, incluso con ciclos de encuentros entre escritores y estudiantes, en los que ella misma ha participado.

Freire se mostró escéptica sobre hasta que punto estas iniciativas ayudan a incrementar la lectura en niños y adolescentes a pesar de que, puntualizó, no conoce detalles sobre los resultados de estas campañas.

"Hay una oferta inmensa de libros infantiles y juveniles muy buenos, preciosos, con unas ilustraciones, ediciones fantásticas, son pequeñas joyitas que los niños compran y disfrutan y lo recordarán, pero ¿eso crea realmente hábito de lectura o solo entretiene durante un momento determinado de la vida?", se planteó.

Respecto a la promoción de la lectura, se preguntó por la presencia de libros en la televisión para jóvenes y criticó que se les venda música, moda y móviles pero no se les venda libros. En este sentido, planteó porque las editoriales para niños no invierten en publicidad, "¿lo dan por perdido o no les interesa?".

LEER ES UN PLACER

En cuanto al motivo de la conferencia, Espido Freire afirmó que leer es un placer "porque lo es para mí" y señaló que tratará de explicar cÓmo se convirtió en un placer para ella, aunque "es difícil trasmitir una experiencia tan placentera como es leer si al que tienes enfrente nunca lo ha vivido".

"Les hablaré de una niña que empezó a leer con tres años y medio y que desde que me llevaron a una biblioteca con cinco años no he salido de ella, de cómo yo no pensé nunca que podría dedicarme a escribir, yo estaba destinada al mundo de la música, luego estudié derecho, pero lo que mas ha podido ha sido la vocación por el idioma, las palabras, la necesidad de pensar, de cuestionarme muchas cosas", afirmó sobre sÍ misma.

Para Freire, la literatura no es solamente historia sino también pensamiento, por lo que se cuestiona "hasta que punto eso conviene, hasta que punto interesan niños y adultos conscientes de su propia mortalidad, de su propio cuerpo, de su propia inteligencia, de lo que está ocurriendo ".

Así, Espido Freire consideró que lo importante para inculcar el hábito de la lectura a los niños es "que vean que es algo fascinante, que a los mayores les atrae" e hizo referencia a la teoría de Gustavo Martín Garzo, quien decía que la lectura debía ser algo "un poquito prohibido, algo personal que se rodea de un halo de misterio, de manera que despierte su curiosidad".

"No se si es una buena fórmula, el mío era el caso contrario, me tenían que esconder los libros para que no los leyera porque los buscaba por toda la casa, fui la niña atada al libro y miraba con mucha sorpresa a los niños que no leían nada y los sigo mirando ahora como personitas que se están perdiendo una parte importantísima de la imaginación, de la vida, del lenguaje", terminó.