MADRID, 20 Oct. (EUROPA PRESS) -
El escritor Luis Mateo Díez criticó hoy la comercialización de la literatura: "Vivimos en un mundo en que la ficción está siendo destinada al puro entretenimiento", declaró en una entrevista con Europa Press. "Pero hay lectores exigentes, algunos más exigentes que los escritores", señaló el ganador del Premio Nacional de Literatura y de la Crítica (1986) y de Narrativa y de la Crítica (2000).
"Las novelas tienen que perturbar y traumatizar", propone Díez con su nuevo libro, 'Los frutos de la niebla' (Alfaguara), último volumen de la serie 'Las fábulas del sentimiento', compuesta por doce novelas cortas (tres en cada libro), de la que forman parte 'El diablo meridiano' (2001), 'El eco de las bodas' (2003) y 'El fulgor de la pobreza' (2005).
Además de "perturbar", la nueva obra de Díez pretende "explorar un territorio menos evidente, que no siempre la realidad nos muestra". 'Los frutos de la niebla', la novela corta que da título al volumen, plantea si "la desgracia es contagiosa" a través de la confesión de "terribles contagios y contaminaciones" que un hombre revela a su amigo.
En la segunda historia, 'Príncipes del olvido', tres adolescentes viven de una manera intensa el desasosiego y los encontrados sentimientos de la convulsa edad entre la infancia y la vida adulta. Por último, en 'La escoba de la bruja' la protagonista cuestiona si debajo de los afectos y responsabilidades familiares puede existir la violencia "como una deuda perturbadora".
NOVELA CORTA, "RETO A LA PERFECCIÓN"
"Soy un escritor de proyectos", subrayó Díez, miembro de la Real Academia Española, sobre escribir doce novelas cortas en menos de diez años, junto a otras publicaciones como la trilogía 'El reino de Celama' y la recopilación de sus textos 'El árbol de los cuentos'. A pesar de pasear por todos los géneros, el escritor leonés no esconde su predilección por la novela corta, en la que se siente "más cómodo".
"En ella, nada falta y nada sobra", matizó, en alusión al cuento y a la novela larga. Y ha sido en la novela corta donde Díez encontró el canal para tejer su "peculiar comedia humana". "Me gusta contar la vida, pero no soy un realista. Busco su sentido", añadió el autor, que ensalza sus tramas con toques fantásticos "que podrían pasar en la vida real".
La experiencia con la novela corta, además de proporcionar, según Díez, "un reto a la perfección", le hizo posible jugar con diversas formas de narrativa, "en primera, segunda o tercera persona, con perspectivas, con testimonios y con diálogos", entre otros recursos.
EL MAL, "FASCINANTE"
Las sugerencias, las metáforas y las simbologías inundan las doce novelas, dando libertad para que los lectores interpreten de diversas maneras sus historias. "Hay elementos cruciales en el ser humano que conforman ciertos arquetipos que están en el subsuelo de la literatura", afirmó, sobre el hecho de que temas como el amor, la amistad o la venganza (presentes en sus doce relatos) siempre se repiten en el universo literario.
La desgracia, otro tema recurrente y que ilustra la primera novela de 'Los frutos de la niebla', también despierta especialmente la atención de Díez. "La literatura sirve para contar cosas impredecibles, extrañas, inquietantes y crueles", explicó. "El mal es fascinante, así como lo es el desorden o la insumisión. Podrían estar sólo en la imaginación, pero la violencia es parte de la vida", lamentó.
Sobre el "fin" de sus historias ambientadas en la ficticia Celama, ciudad "presidida" por su imaginación, con la publicación este año de 'El sol y la nieve', Díez bromeó: "Puedo coger un autobús y volver allí en cualquier momento". El autor tiene como proyecto escribir un libro de viaje a la localidad imaginaria, además de llevar a cabo lo que llama "novelas rusas", obras de "duración normal". 'Pájaro sin vuelo', un homenaje a 'Oblomov', de Goncharov y 'Un animal piadoso' son los títulos de sus próximas obras.
