Paul Rusesabagina, el hombre que inspiró la película 'Hotel Ruanda', narra su experiencia del genocidio ruandés

Actualizado: miércoles, 11 abril 2007 21:00


BARCELONA, 11 Abr. (EUROPA PRESS) -

El ruandés Paul Rusesabagina, inspirador de la película 'Hotel Ruanda', relata en el libro 'Un hombre corriente' sus visicitudes cuando durante el genocidio ruandés de 1994 albergó en el Hotel Milles Collines a 12.000 tutsis y hutus moderados.

Después de que muchos escritores, revistas e incluso una película contará la historia de Paul Rusesabagina durante el genocidio ruandés, el hotelero decidió escribir con sus propias palabras lo que había ocurrido.

El título del libro parece poco adecuado para describir la experiencia de Rusesbagina. Sin embargo, él remarca que es "un hombre corriente". "Antes del genocidio era director de hotel, durante el genocidio lo seguía siendo, pero en circunstancias distintas, los clientes cambiaban pero yo los hospedaba como un hotelero", aseguró durante una entrevista concedida a Europa Press.

La gente empezó a dar voces de que era seguro refugiarse en el Milles Collines, un hotel de cinco estrellas de una cadena hotelera belga, porque allí se alojaba la élite del país: empresarios, intelectuales y políticos.

"En este hecho existe cierta ironía, ya que en un principio los soldados planeaban los asesinatos y el genocidio en el hotel y después éste sirvió de refugio para escapar de la muerte", recordó.

Rusesabagina tuvo, el 3 de mayo de 1994, una oportunidad "tangible" de huir de Ruanda, pero al final sólo se fueron su mujer y sus hijos.

"La gente del hotel estaba convencida de que tenían la muerte asegurada y que yo era el único que podía dialogar con los soldados. Tomé la decisión más dura de mi vida, mi conciencia decía que me quedara y así lo hice; si me hubiera ido hubiera sido preso de mi mismo".

Sin embargo, los ruandeses "temían más la tortura, la muerte violenta y lenta que la propia muerte", incluso algunos pagaban por morir rápido o se suicidaban, explica

Rusesabagina es hijo de un agricultor hutu y una madre tutsi y se le considera hutu porque en Ruanda la genealogía se juzga por la línea paterna. "La gente puede pensar que existe una enemistad continua entre las tribus pero los jóvenes siguen enamorándose independientemente de la raza. A quienes les interesa los enfrentamientos es a los dirigentes", apuntó.

EL GENOCIDIO

Antes de la colonización, existían las dos tribus en Ruanda: los tutsis, que gobernaban, y los hutus, que eran los sirvientes. Su relación no era buena pero "era el régimen establecido y lo aceptaban", explica. Cuando llegaron los europeos, en lugar de unificar las tribus, potenciaron las diferencias.

En 1959, la mayoría hutu oprimida se reveló y se impusieron a los tutsis, que huyeron a los países de alrededor. Los tutsis querían volver a Ruanda y acabar con el poder de los hutus. En 1993 los tutsis mataron al presidente hutu de Burundi y después al de Ruanda que sirvió de "chispa" para que los hutus "se volvieran locos y empezase el genocidio".

"La situación en Ruanda no ha cambiado, porque no se ha hecho justicia, las cabezas pensantes del crimen están libres. Antes del genocidio teníamos un ejército y una policía débil y una milicia que controlaba el país, después del genocidio el ejército y la policía son más fuertes pero la milicia controla todo lo que la gente hace", aseguró.