Pérez-Reverte viaja a París con Falcó en Sabotaje: "Ahora todos los héroes son republicanos, feministas o animalistas"

Arturo Pérez-Reverte en París
JEOSM
Actualizado: miércoles, 3 octubre 2018 0:00

   PARÍS, 3 Oct. (de la enviada especial de EUROPA PRESS, Ainhoa de la Hera) -

   El escritor Arturo Pérez-Reverte publica Sabotaje (Alfaguara), nueva novela y continuación de la saga protagonizada por el espía Lorenzo Falcó que, en esta ocasión, se adentra en la Europa intelectual retratando el París de finales de los años 30 con un protagonista que vuelve "con la dosis subida en todos los aspectos".

   "Ahora todos los héroes son republicanos, o feministas, o animalistas... y yo quería hacer un perfecto hijo de puta. Era un riesgo", ha señalado el autor en un encuentro con la prensa en París, con motivo de la presentación del libro.

   Sabotaje tiene lugar en mayo de 1937 y relata cómo a Falcó, que trabaja para el bando fascista durante la Guerra Civil española, le encomiendan la misión de sabotear el cuadro de Guernica de Picasso para que jamás llegue a la Exposición Universal, donde la República pretende conseguir apoyo internacional.

    En este contexto, ha precisado que el protagonista "no es fascista ideológicamente" aunque trabaja para ese bando puesto que "ha intentado devolverlo todo a un contexto real" sin plantear la idea moral de "buenos o malos" y teniendo en cuenta "los grises", ya que, para él, "el mundo real nunca es o blanco o negro".

   "Era un desafío mover a Falcó por esa realidad. Los dos bandos tenían ambigüedades. Cuando te centras solo en los seres humanos salen cosas como los rencores y la lujuria deja de estar todo tan claro. El mundo es una gama de grises y la cultura permite ir seleccionando", ha expresado.

   De hecho, en su opinión, hay algo ciertamente "estimulante" en haber "jugado con esos grises" en una actualidad en la que se vive de "twits y piquetes fáciles". En este sentido, en la novela, el autor cuestiona al propio Picasso y deja la puerta abierta a pensar que no pintó el Guernica por patriotismo si no "por dinero".

   "Hay cuadros de Picasso que me gustan más. El Guernica no es un cuadro de guerra, es una alegoría que Picasso hace", ha señalado para recalcar que no busca que la novela sea "un libro enciclopédico", si no que cuenta una historia en la que a veces engancha elementos históricos necesarios para entenderla.

"LOS INTELECTUALES SE APROPIAN DE LA GUERRA"

   Esta realidad está, a su juicio, en la novela. "Alberti y Miguel Hernández no lucharon en la Guerra Civil. El problema de toda guerra es que siempre se apropian de ella los intelectuales. Una vez acaba el conflicto no tenemos ni rastro de los soldaditos. El intelectual siempre acaba desplazando al verdadero protagonista", ha señalado para añadir que se trata de "una injusticia muy frecuente".

   Asimismo, ha señalado que con este trabajo aspira a reflejar "la crueldad objetiva", es decir, intenta recuperar "la naturalidad del horror" a través de los asesinatos y torturas que el propio protagonista lleva a cabo.

   "Cuando nosotros vemos el horror, nos aterramos de la verdad del ser humano, pero para esta gente como Falcó es el pan de cada día. No se asombran", ha indicado para precisar que "Falcó es de verdad" y que no lo ha inventado la literatura. "Yo he estado donde nacen los Falcos, y he visto lo que hacen", ha narrado.

   Todo esto resulta en un trabajo que, como el mismo autor precisa, "no tiene el menor complejo en especificar como mata". "He sido poco ortodoxo en lo socialmente aceptado, pero he sido honrado con la verdad", ha dicho.

EL MUNDO EN CONSTANTE GUERRA

   La novela también refleja la "falsa seguridad" de la población francesa justo antes de la ocupación y establece un paralelismo con la sociedad actual. Así, Reverte señala que "tanto antes como ahora se pensaba que se estaba a salvo" y ha lamentado que "la Ola Parda (Nazi) siempre está ahí".

   "El mundo está lleno de luces de alarma, lo que me asombra es que todavía sigamos ignorando las señales", ha expresado para añadir que "el mundo vive en guerra permanentemente" y que Europa se ha visto inmersa en un oasis durante 50 años algo que "se ha acabado".

   "Nos negamos a verlo. La clase media desaparece y los ricos son más ricos. Todas esas señales están ahí pero nos negamos a verlas. Sé lo que va a pasar, por que he leído y he vivido la historia. El zambombazo va a ser espectacular y me voy a reír como un enfermo", ha expresado.

   Para el escritor, ser novelista "es mejor que ser historiador" debido a la "libertad" y a que puedes divertirte "mucho más". Así es como ha precisado que escribe sus novelas, en un marco "riguroso" pero "manipulando el interior". "De hecho, lo que más disfruté de la novela fue darle una paliza -a través del protagonista- a Hemingway", ha bromeado para añadir que "su parte superficial y presumida no le gustaba nada".

CAMINAR LA NOVELA

   En cualquier caso, ha precisado que lo más complicado fue "liberarse del París actual" para recuperar "el París de la lectura de los años 30" y que fuese creíble "sin caer en estereotipos". "Aunque Francia parecía muy popular en aquel momento, siempre fue muy fascista. Se dejó vencer y se hizo fascista", ha señalado para explicar que "ese país vivió el mito de la resistencia" pero que en los últimos diez años "ha habido una revisión".

   Para todo ello, explica que quiso reconstruir su propio París a través de lectura pero también de "caminar" por la ciudad para meter "su propia experiencia de caminante en la novela". "Me gusta imaginar el libro y caminar con los personajes en la cabeza, esto es maravilloso", ha dicho para precisar que "es esto lo que más disfruta del proceso de escribir".

   En cuanto a la saga, Sabotaje es la encargada de finalizarla aunque "el personaje no desaparece". "Hay novelas que quiero escribir antes de morir, de momento hay otras cosas que tienen más urgencia", ha comentado para adelantar que "ya tiene una novela histórica en la cabeza" que "quizás sale el año que viene".

   En cualquier caso, y al menos de momento, esta historia no aspira a dar el salto a la gran pantalla a pesar de que "dos productores amigos suyos ya se lo han pedido". "El cine es peligroso porque limita. Es la interpretación de un solo lector. Darle una reencarnación concreta es darle una voz que igual no es la de otros. Quiero que Falcó primero se asiente bien", ha comentado.