Manuel de Falla en manos japonesas

Actualizado: martes, 29 junio 2010 18:23

MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -

La pianista japonesa Azumi Nishizawa ha recogido en el disco 'Falla' (Verso) la obra completa del maestro Manuel De Falla para piano. Las doce piezas del álbum constituyen la totalidad de las escritas para este instrumento en solitario por compositor gaditano.

"Tengo un enorme agradecimiento a España por haberme aceptado como artista y como persona", declaró este martes Nishizawa (Tokio, 1978), que reside en Madrid, durante la presentación del disco en la sede de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE).

El disco es, además, según la joven pianista, un intento de "acercar la música clásica al público más joven". "Escuché la música de Manuel de Falla por primera vez a los 10 años y me quedé impresionada", detalló Nishizawa, que, a partir de ese momento, empezó a profundizar su conocimiento respecto a España.

COMPOSICIONES REALIZADAS AL PIANO

"Es una pianista que parece más española que japonesa", bromeó José Miguel Martínez, director del sello discográfico Verso. "Se trata de nuestro primer disco monográfico de Falla", puntualizó Martínez, para quien Falla es "nuestro compositor más universal".

No obstante, el escritor y musicólogo Antonio Gallego recordó que no siempre hubo acuerdo respecto a la excelencia de Manuel de Falla (Cádiz, 1876 - Alta Gracia, Argentina, 1946) en el piano. "En sus inicios era muy discutido. Se decía que su piano era pobre e inhábil", precisó, recordando que pronto nació una "corriente reivindicativa", liderada por catedráticos que defendían su obra.

Gallego, responsable de las notas de información que contiene el disco, recordó también que la formación musical de Falla "giró en torno al piano" y que el artista componía sus obras utilizando este instrumento.

DE 'BÊTISES' A GRANDES OBRAS

En el programa del disco, el musicólogo puntualiza que ocho de las composiciones se tratan de espacios creativos menos conocidos del maestro gaditano -- algunos de ellos fueron escritos durante su primera juventud -- y más tarde relegados al olvido por la crítica del momento e incluso por el propio compositor, "que las llegó a definir como 'bêtises' (tonterías)".

Forman parte del disco composiciones de lenguaje romántico como 'Nocturno' (1896) y 'Mazurka' (1899); partituras ambiciosas como 'Fantasía Baetica (1919) o 'Pour le Tombeau de Paul Dukas' (1935), su última obra para piano y un homenaje a quien fuera una de sus grandes influencias artísticas durante sus estancias en París.

Además, completan el disco 'Serenata andaluza' (1900); 'Canción (1900); 'Vals-Capricho' (1900); 'Cortejo de gnomos' (1901); 'Serenata' (1901); 'Allegro de concierto' (1903-1904); 'Cuatro piezas españolas' (1903-04); 'Aragonesa', 'Cubana', 'Montañesa', 'Andaluza' y 'Canto de los remeros de Volga'.