MADRID, 22 Oct. (EDIZIONES) -
Estopa han sido los últimos invitados de La Resistencia y, como no podría ser de otra manera, el resultado es de lo más descacharrante.
No en vano, los hermanos David y José Muñoz siempre hacen gala de una naturalidad abrumadora y de un sentido del humor irrefrenable. Algo que, unido a la propia personalidad del presentador David Broncano, da como resultado una de esas entrevistas ingobernables.
Hablan de neardentales, de la revista Muy Interesante y de pueblos de Extremadura, llegando hasta el punto de debatir durante un rato la posibilidad de que en realidad los tres son primos sin saberlo.
Sin embargo, uno de los momentos más divertidos se produce cuando David afirma que "Maná es el grupo más grande de la historia del rock n' roll". Ante el desconcierto generalizado, apostilla que se refiere a México.
"Pueden ser el grupo que más discos ha vendido en México", lanza, para luego reírse consigo mismo y, sin conseguir aguantarse, remata: "Estarán ahí peleando con Andy y Lucas".
Entre el cachondeo generalizado, se disculpa David mostrando sus "respetos" a Andy y Lucas, a los que se refiere como "colegas". "Es una broma muy recurrente con nosotros, también nos pasa que nos confunden", tercia José echando un capote a su hermano.
Pero David vuelve a sacar su lado más gamberro confesando que no diferencia a Andy de Lucas. "Iba a decir el delgado pero eso va rotando", añade ya entre carcajadas.
"Estopa, los Andy y Lucas catalanes, han venido a La Resistencia a presentar Fuego", grita entonces Broncano, totalmente cómodo y en sintonía con su pareja de invitados.
En otro momento dado, David se marcha por la puerta del escenario y le sigue Broncano, de manera que José se queda solo y decide animar al público gritando "¡a por el bote!". Luego regresa el cantante con una toalla y confiesa que le dan sofocos como a su madre.
La entrevista termina con los hermanos relatando que ahora hacen deporte y ya no comen tantos Donetes ni juegan a la consola como antaño. El enésimo chascarrillo de una entrevista que se pasa volando y en la que resulta imposible contar las sonrisas.
