El alemán Jan Ole Gerster retrata el desencanto de la edad adulta en su primer filme, 'Oh boy'

Tom Schilling, director de Oh Boy!
EUROPA PRESS
Actualizado: miércoles, 5 marzo 2014 13:32

El cineasta visita Madrid para presentar esta película, que llega a las pantallas españolas este viernes

MADRID, 5 Mar. (EUROPA PRESS) -

El cineasta alemán Jan Ole Gerster se ha convertido en una de las sorpresas del cine europeo. Con su ópera prima, 'Oh boy', ha conseguido los máximos reconocimientos en su país, donde fue galardonado con seis premios de la Academia del Cine Alemán, así como a nivel europeo, con el premio a la Mejor Ópera Prima de la Academia de Cine Europeo.

Su primer largometraje narra un día en la vida de Niko Fischer, un joven treintañero desencantado que busca sin éxito un café que tomarse en la ciudad en la que reside, Berlín, con el fin de sustituir esta bebida por el alcohol, al que ha recurrido en los últimos años.

Ole filmó esta película en blanco y negro, una manera de "sacar de su época" --el presente-- esta historia y conseguir un "toque atemporal", según ha explicado este miércoles el director durante una entrevista concedida a Europa Press.

Además, señala que esta elección también tiene que ver con el hecho de que sea un "nostálgico" del cine. "Me da pena que desaparezca el blanco y negro", admite Ole, para quien la Nouvelle Vague y el cine italiano de los años 60 ha sido una gran influencia, a pesar de firmar aquí una historia "muy personal".

El protagonista de esta historia, interpretado por el actor Tom Schelling, encarna al soñador y antihéroe clásico que en su día también describió Drieu La Rochelle en la novela 'La feu follet' (1931), y que más tarde llevó al cine Louis Malle en 1963. Sin embargo, según indicado, existe un "paralelismo" que no fue intencionado y que conecta también con 'Oslo. 31 de agosto', el 'remake' que hace dos años hizo Joachim Trier, estrenado recientemente en los cines españoles.

A pesar de las referencias que la crítica y el público ha encontrado en este filme, Ole defiende un personaje trazado como un observador, con una actitud pasiva ante la vida, que muestra "el mundo a través de sus ojos" y de su manera de percibir la realidad, en palabras del cineasta.

Además, a diferencia del filme de Trier, Ole recurre al humor, clave para desdramatizar los momentos más duros del filme. "Si no hubiera partido de un equilibrio entre la ironía y la tragedia no habría sido una película interesante. Me gusta el juego entre lo cómico y lo dramático", afirma.

BERLÍN, SINFONÍA DE UNA GRAN CIUDAD

Berlín es una de las capitales europeas donde la música electrónica está más presente y, sin embargo, Ole ha decidido recurrir al jazz para mostrar la vida interior del protagonista de 'Oh boy'. "Quería alejarme del estereotipo de la música electrónica, nunca habría sido una banda sonora para esta ciudad", afirma.

Esta ciudad es el escenario de este filme. Pero no solo eso, sino también un personaje más. "Quería que fuera un segundo protagonista. La película es un espectro de la vida de una gran urbe, habla acerca de sentirse extraño y del vacío de vivir en ella".

Para el director, la propia ciudad tiene muchos de los conceptos que la trama revela. Es un lugar "muy atractivo", "barato", donde uno puede encontrar su "identidad" y su "estilo de vida", pero también puede convertirse en "algo fatal". "Tengo amigos que se han ido allí para vivir y tras cinco años se preguntan: ¿Qué he hecho realmente?".

Él mismo vivió allí un tiempo y experimentó esa "libertad" que ofrece la ciudad --"donde no es necesario tener dos y tres trabajos para sobrevivir, a diferencia de París o Londres"-- y descubrió la vida que ofrece la ciudad, una etapa que, según confiesa, no fue "la más productiva" de su vida.