El Supremo deja en manos del poeta Carlos Bousoño el archivo del Nobel Vicente Aleixandre

Actualizado: viernes, 31 enero 2014 14:19

MADRID, 31 Ene. (EUROPA PRESS) -

El Tribunal Supremo ha confirmado que el matrimonio formado por el poeta Carlos Bousoño y su esposa Ruth Crespo es el legítimo propietario del Archivo de Vicente Aleixandre, formado por una biblioteca de 3.000 ejemplares, correspondencia episcolar, manuscritos y otros objetos del Premio Nobel.

La Sala de lo Civil ha desestimado el recurso que interpuso la sobrina del escritor Amaya Aleixandre contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Madrid, que desestimaba la demanda por la que reclamaba el legado del poeta y que los Bousoño le indemnizaran por los daños y perjuicios ocasionados al impedirle ejercitar los derechos de propiedad intelectual.

El conflicto se remonta a 1984 cuando fallece el poeta y sus amigos, el escritor Carlos Bousoño y Ruth Crespo, pasan a ser dueños de sus bienes y manuscritos de forma pública. En octubre de 2007, aparecieron noticias sobre su intención de vender la obra a la Junta de Andalucía y a la Diputación Provincial de Málaga, y Amaya Aleixandre presentó una demanda solicitando la posesión de los bienes.

LAS PERSONAS MÁS ALLEGADAS Y CUALIFICADAS

El alto tribunal considera acreditado que a los Bousoño les fueron cedidos los bienes que formaban parte del 'Archivo Aleixandre' "no sólo como una gratificación, sino porque eran las personas más allegadas a él y más cualificadas para hacerse cargo de su archivo personal".

Ha tenido en cuenta las "relevantes" manifestaciones de la empleada doméstica y la enfermera del escritor y su hermana, que ratificaron la cesión a los Bousoño de la obra inédita por ser los más próximos y cualificados para su posesión.

La sentencia, con ponencia del magistrado Ignacio Sancho, expone que el matrimonio ha poseído los bienes "a título de dueño, de forma continuada, pública y notoria durante más de 26 años" sin que dicha posesión haya sido de "mala fe o clandestina". Y avala la denegación de cualquier indemnización ya que los demandados no han privado a Amaya Aleixandre de ningún derecho de propiedad intelectual.

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