Las visitas experimentales a Altamira no comenzarán antes de "finales de febrero"

Bisontes de Altamira
MUSEO DE ALTAMIRA
Actualizado: miércoles, 29 enero 2014 18:45

"Yo para hablar del pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ironiza Lasheras sobre el futuro de la cueva

SANTANDER, 29 Ene. (EUROPA PRESS) -

Las visitas experimentales a la cueva de Altamira (Cantabria) no comenzarán hasta, al menos, "finales de febrero", hasta que no se reúna el grupo de investigación y presente su plan de visita.

"Estamos muy lejos de que se inicien las visitas", ha asegurado en declaraciones a Europa Press, el director del Museo de Altamira, el historiador y científico, José Antonio Lasheras, quien ha hecho un llamamiento a la "tranquilidad".

Ha reconocido que la "avalancha" de llamadas al Museo que hubo en las siguientes horas a saltar la noticia de las visitas experimentales en la reunión celebrada en el Patronato de Altamira el pasado 18 de enero --sobre todo de personas que se encontraban en la lista de espera cuando se cerró la cueva hace doce años-- ya ha pasado y esta semana todo ha ido ya "normal".

Según ha opinado, "ya todo el mundo entiende" que se trata de visitas "muy concretas", "previstas" dentro del Programa de Investigación para la Conservación Preventiva y Régimen de Acceso a la Cueva que se viene realizando desde 2012 y que tiene como fecha de conclusión el próximo septiembre aproximadamente, con lo que debe el trabajado debe estar acabado y con el informe de resultados redactado este mismo otoño.

"CONVICCIÓN" EN QUE SE ESTÁ HACIENDO LO "ADECUADO"

Más que con la "esperanza" de que este estudio permita confirmar la reapertura al público de Altamira, Lasheras lo afronta con la "convicción" y "satisfacción" de que se está haciendo, a su juicio, "conveniente" y lo "adecuado" para la conservación de Altamira, "con independencia de que el resultado sea uno u otro".

"En estos momentos lo que yo crea al respecto... Además, yo para hablar del pasado, sirvo, para hablar del futuro, mal", ha ironizado Lasheras, que ha señalado que, como historiador y científico, trabaja "con datos, no con creencias".

Ha explicado que en este momento "lo que se ofrece es disfrutar conociendo Altamira en este momento", a través del Museo. "Lo que pueda ofrecer en el futuro es otra cosa y no se puede avanzar nada", ha dicho.

Sí ha reconocido que las "pocas personas" que podrán participar en las visitas experimentales en Altamira van a sentir una "satisfacción enorme" y una experiencia que, "para muchos, resultará inolvidable".

Sin embargo, ha resaltando que también las 240.000 personas que entraron en el Museo de Altamira en 2013 se fueron "satisfechas" y, más de un 90 por ciento, calificaron de "excelente" la visita.

LOS SORTEOS "SIN PREVIO AVISO PÚBLICO"

En cuanto a los sorteos, ha explicado que "no hay nada decidido al respecto todavía", aunque cree que "lo normal" es que los sorteos sean "sin previo aviso público".

"Yo ahora mismo no sé si el grupo que tiene que evaluar esas visitas estará en condiciones de preverlas con mucha antelación", ha aseverado, quien cree que, para informar de ellas, el Museo se limitará a colgar un cartel en la taquilla el día que haya visita para que los interesados en participar en el sorteo se apunten. "No hace falta más", ha añadido.

Estas visitas experimentales, que tendrán una duración de 37 minutos, durarán, según lo previsto, hasta agosto, cuando se esperan las conclusiones de los investigadores sobre el estado de conservación de la cavidad y sus pinturas, por las que se la conoce como la 'Capilla Sixtina' del arte rupestre paleolítico, y se determine también la posible reapertura al público.

Se llevarán a cabo en base a un protocolo y controles "muy estrictos", establecidos en la primera fase del programa científico, y de acuerdo con los cuales los visitantes del Museo que accedan a la cavidad deberán usar la misma vestimenta y calzado que utilizan los investigadores. Así, tendrán que llevar monos desechables, gorros, guantes, mascarillas y un calzado especial, que se someterá además al lavado de suela y desinfección.

También se controlarán determinados parámetros, como la estancia en cada zona de la cueva o la iluminación, y se evitará el contacto con la roca o la toma de imágenes, todo ello para minimizar el posible impacto de la presencia humana. En el transcurso de la visita se controlará en el interior de la cavidad la temperatura del aire y de la roca, la humedad, la contaminación microbiológica, las aguas de infiltración o el CO2.

Sí se establecerá una "edad límite" para las visitas. Además de la edad, Lasheras recuerda que la cueva "no es accesible" por lo que se recomendará que las personas con problemas de movilidad no entren, lo mismo que aquellas que padezcan claustrofobia o tengan problemas respiratorios ante la humedad de la misma.