Actualizado: viernes, 18 junio 2010 12:06

Vencieron a los Celtics (83-79) en el agónico séptimo partido de las Finales

Pau Gasol logra su segundo anillo; Kobe Bryant, elegido 'MVP'

LOS ÁNGELES (ESTADOS UNIDOS), 18 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los Angeles Lakers se han proclamado, por segundo año consecutivo, campeones de la NBA, después de superar (83-79) a los Boston Celtics en el séptimo y definitivo partido de las Finales, un duelo marcado por la tensión y la igualdad, en el que Pau Gasol (19 puntos y 18 rebotes) demostró su status de estrella, resultando clave para la consecución del anhelado título, y los angelinos exhibieron su carácter de campeón.

Kobe Bryant, que ya luce cinco anillos en sus dedos, (23 puntos y 15 rebotes en el partido decisivo) fue elegido 'MVP' de las Finales, también por segundo año consecutivo, mostrándose como la punta de lanza de un conjunto que no lució como Hollywood esperaba pero supo encontrar un camino alternativo hacia la gloria.

Y es que no hubo brillo en el envite. Ni los Lakers ni los Celtics, las dos franquicias más laureadas, la rivalidad más grabada a fuego de la NBA, pudieron ofrecer sus mejores galas en el partido más esperado del año. El objetivo era otro. 48 minutos coronarían al nuevo rey y la forma de llegar hasta ese trono obtuvo la apariencia de trabajo, sacrificio y constancia. La historia sólo recuerda al campeón.

Así ganaron los Lakers. Contra pronóstico, ante el equipo de más poder mental de la Liga, con más fe en sus posibilidades, más ferozmente competitivo, los pupilos de Phil Jackson -que conquista su undécimo anillo como técnico- encontraron el modo de superar a unos Celtics mermados, pero que rallaron, por momentos, la excelencia defensiva y vendieron carísima su derrota.

A través de dos vías sobrevivieron los de púrpura y oro a su falta de clarividencia ofensiva, dos fuentes que les mantuvieron en el partido en los momentos de agonía, que los hubo: La superioridad en el rebote ofensivo y las pérdidas de balón de su rival. Ambas hicieron mantener intacta una balanza en la que parecía pesar demasiado un horroroso porcentaje en tiros de campo, incluyendo a un Kobe Bryant que, pese a no esconderse, no veía aro con facilidad.

Boston mandó de inicio, avisando de que no había llegado hasta ahí para contemplar como los Lakers les desangraban y revalidaban su título. Sin estar especialmente lúcidos, los 'verdes' controlaban el partido y ahondaban en los nervios de los angelinos, a los que sólo su brutal dominio de la 'pintura' les salvaba de problemas mayores.

Pau Gasol, que buscaba un nuevo diamante que haga resplandecer aún más su asombroso palmarés, se multiplicaba, erigiéndose en el dueño y señor de la zona y evitando una 'fuga' de los Celtics, que perdieron la oportunidad de sembrar dudas reales en su rival, donde sólo Ron Artest, de nuevo decisivo en defensa y ataque, estaba a la altura de la cita.

Sólo seis puntos de desventaja al descanso (34-40) invitaban al optimismo para los locales. Y lo hacían porque difícilmente podrían repetir tal serie en sus lanzamientos tras la reanudación. A pesar de ello, les costó sangre, sudor y lágrimas a los Lakers igualar el partido, ponerse por delante. Asumir el control y hacer valer el factor cancha.

UN FINAL LLENO DE EMOCIÓN BAJA EL TELÓN DEL AÑO.

Desde sus primeras ventajas iniciales (7-6, minuto 3), no volvieron a verse dominando hasta mediado el último período (66-64, min.42), cuando el final de la temporada se avecinaba con celeridad, momento en el que las cámaras buscan sus objetivos y la historia sus héroes. Ahí, en los instantes finales de una batalla a siete partidos, que iba a resolverse en apenas seis minutos, los Lakers salieron vencedores.

Sumaron desde la línea de personal hasta 21 puntos en el último cuarto, haciendo pagar la dureza de los Celtics en defensa, y se aferraron a sus ventajas, mínimas pero de incalculable valor, para alejar el título de la mente de los Celtics. Sin fe no se llega al objetivo, y cuando los locales le hicieron ver a Boston que el anillo se quedaba en California, la guerra se ganó.

Fisher volvió a aparecer, como durante toda su carrera, en los momentos cruciales, Artest se encargó de acallar a sus críticos con una actuación soberbia, Bryant asumió la responsabilidad y Gasol, el mejor baloncestista español de todos los tiempos, demostró lo que es, uno de los más brillantes jugadores interiores del planeta, resultando clave en los instantes decisivos.

El tesón de los Celtics se vino abajo. La energía de Rondo volvió a apagarse, Allen y Pierce no encontraron el aro y el juego interior, comandado por un tan sensacional como mermado Garnett, no pudo hacer frente a los campeones. Un equipo que, con 3-2 abajo, apeló a su carácter y levantó una serie que bien vale un campeonato.

El decimosexto de su historia -situándose a sólo uno de los propios Celtics--, segundo consecutivo y puede que el inicio de una dinastía de esas que tanto gustan en Hollywood, una sucesión de éxitos de taquilla con final feliz, protagonizadas siempre por Kobe Bryant y Pau Gasol, historia viva de los Los Angeles Lakers, historia viva de la NBA. Los nuevos héroes que la historia, ésta con mayúsculas, tanto buscaba.

FICHA TÉCNICA.

--RESULTADO: LOS ANGELES LAKERS, 83 - BOSTON CELTICS, 79.

--EQUIPOS.

LOS ANGELES LAKERS: Fisher (10), Bryant (23), Artest (20), Gasol (19), Bynum (2) --cinco inicial--; Farmar (-), Brown (-), Vujacic (2), Odom (7) y Powell (-).

BOSTON CELTICS: Rondo (14), Ray Allen (13), Pierce (18), Garnett (17), Wallace (11) --cinco inicial--; Robinson (-), Tony Allen (-), Scalabrine (-) y Davis (6).

--PARCIALES: 14-23, 20-17, 19-17, 30-22.

--ÁRBITROS: Joe Crawford, Dan Crawford y Scott Foster. Eliminaron a Wallace, de los Celtics, por faltas personales.

--PABELLÓN: Staples Center, de Los Ángeles. 18.997 espectadores.

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