MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Iberostar Tenerife conquistó este domingo su segunda Copa Intercontinental de la FIBA, gracias a su victoria por 72-80 en la final contra la Virtus de Bolonia, haciendo valer su estatus de anfitrión y siendo guiado por los 23 puntos del base brasileño Marcelinho Huertas.
San Cristóbal de La Laguna vibró con otro título, que además ni siquiera peligró en cuanto su equipo carburó. Los pupilos de Txus Vidorreta se pusieron por delante el final del primer periodo, con una canasta de Giorgi Shermadini para poner el 11-13 y remontar el buen arranque de su rival, que había disfrutado ventajas de 7-2 y de 9-4.
Sin embargo, el conjunto boloñés apenas respondió a la versatilidad de su oponente desde el segundo cuarto. Los 15 puntos totales de Milos Teodosic, así como los 12 con los que terminaron respectivamente Julian Gamble y Giampaolo Ricci, fueron insuficientes para salir con éxito del Pabellón Insular.
El Tenerife, vigente subcampeón de la Champions League, se tomó así la revancha, pues batió a quien había sido en 2019 su verdugo en dicha competición de la FIBA. La notable actuación de Huertas, inspiradísimo desde el tiro exterior, se conjugó con los 18 puntos de Shermadini, referente en la 'pintura' hasta el bocinazo final.
Para optar a este trofeo, los tinerfeños habían vencido en su semifinal del pasado viernes por 110-89 al Rio Grande Valley Vipers, campeón de la Liga de Desarrollo de la NBA. Y gracias a ello se citó con la Virtus, que en la otra 'semi' había doblegado por 75-57 al San Lorenzo de Almagro, vigente campeón de Liga de las Américas.
