Los Lakers, gracias a Fisher y Gasol en la prórroga, se acercan al anillo

Actualizado: viernes, 12 junio 2009 12:29

ORLANDO (ESTADOS UNIDOS), 12 Jun. (EUROPA PRESS) -

Los Angeles Lakers, gracias al acierto en la prórroga de Derek Fisher y de Pau Gasol, se sitúan a un paso de hacer historia y de ganar el anillo de campeones de la NBA al sumar su tercera victoria en la final ante los Orlando Magic en la prórroga (99-91).

A un sólo triunfo de lograr su decimoquinto título de la NBA, los angelinos sueñan con el anillo y lo ven cada vez más cerca, en un partido marcado por el buen hacer final de Fisher y Gasol, artífices del triunfo en la prórroga.

Fisher, el héroe del cuarto encuentro, primero llevó el partido a la prórroga con un triple a falta de 4,6 segundos para el final y después clavó otro lanzamiento de larga distancia a 31,3 segundos del final de la prórroga para adelantar a los suyos (94-91), mientras que el ala-pívot de Sant Boi, que firmó 16 puntos, 10 rebotes, 1 asistencia, 1 robo y 1 pérdida, certificó el triunfo con cinco puntos consecutivos que selló la victoria californiana.

Kobe Bryant, que ansía cerrar el año con el anillo y el título de 'MVP', anotó 32 puntos, pero en una madrugada donde no fue el mejor de su franquicia aunque contó con el acierto del bloque púrpura y oro, y se vio acompañado por el acierto de Gasol y Trevor Ariza, que sumaron 16 puntos cada uno.

Los Lakers aprovecharon su oportunidad cuando Dwight Howard falló dos tiros libres a falta de 11,1 segundos por jugar y Magic por delante en el marcador (87-84), sin embargo, los errores de 'Superman' condenaron a su equipo que veía como se esfumaba la posibilidad de igualar la serie a dos victorias.

En la prórroga la igualdad se mantenía en los primeros minutos, pero fue el momento de inspiración de Fisher, que se erigió en el héroe de la noche tras meter otro triple que ponía por delante a los suyos y hundía a unos Magic, que no fueron capaces de reaccionar en los últimos segundos, aprovechados por Gasol para rematar la faena y acercarse al sueño de ser campeón, que ya está a sólo una victoria.