Balonmano/Accidente.- Cerca de medio millar de personas despide al directivo del Balonmano Valladolid

Actualizado: martes, 26 agosto 2008 20:48

VALLADOLID, 26 Ago. (EUROPA PRESS) -

Cerca de medio millar de personas se dieron cita hoy en la capilla del Tanatorio El Salvador de Valladolid para dar su último adiós al joven Sergio de la Riva, directivo de la emprtesa Pevafersa y del club balonmano Valladolid fallecido el pasado miércoles en el accidente ocurrido en la T-4 del aeropuerto de Barajas.

A las 16.30 horas dio comienzo el funeral por el alma de Sergio de la Riva cuyo féretro, rodeado de coronas enviadas por sus compañeros de la universidad, del trabajo y por su familia, entre otros, estuvo acompañado por su retrato así como por sendas imágenes de Pilar Márquez Valle y Julia Fernández Manso, mujer y hermana de Vicente Fernández, presidente de Pevafersa, respectivamente, quienes también fallecieron en el siniestro aéreo y cuyos restos no han sido aún identificados.

El silencio reinaba en el interior y exterior de la capilla de manera previa a la llegada del féretro con los restos del joven cuya familia, visiblemente emocionada, al igual que el resto de los asistentes al funeral, estuvo acompañada en todo momento por el consejero de Economía y Empleo, Tomás Villanueva; la alcaldesa de Zamora, Rosa Valdeón; el delegado de la Junta en Valladolid, Mariano Gredilla; la concejal de Educación del Ayuntamiento de Valladolid, Ángeles Porres, y el propio presidente de Pevafersa, Vicente Fernández, así como por el presidente del Pevafersa Valladolid, equipo de balonmano que patrocina la compañía de los finados, Dionisio Miguel Recio.

Durante la celebración, en la que se vivieron momentos de gran emoción, tal y como reconoció el sacerdote, se tuvo un recuerdo constante tanto al joven como a Pilar Márquez y Julia Fernández, así como a otra hermana de Sergio, Iratzi, ya fallecida.

Así, el sacerdote, tras la lectura de un fragmento del evangelio según San Mateo, comenzó la homilía con unos versos de la obra 'Coplas a la Muerte de su Padre', del poeta palentino Jorge Manrique, para, a continuación, referirse a las circunstancias de la vida, que la cambian en momentos aunque, añadió, comienza y finaliza en la iglesia después de un "paseo" o "procesión"; a las flores que acompañaban el féretro del joven y las que él, en vida, repartía, y a la gran tragedia vivida en Barajas y el dolor de Dios ante la desgracia de las 154 familias.

Asimismo, trasladó el pésame a las familias de los tres directivos de Pevafersa fallecidos y reconoció que nunca podrían haber imaginado que aquel, el del pasado miércoles, iba a ser su último viaje antes de presentarse ante Dios.

Muchas fueron las personas que, debido a las pequeñas dimensiones de la capilla, tuvieron que quedarse en el exterior bajo un sol de justicia y que rompieron el silencio con aplausos cuando, a su paso, salió el coche fúnebre con los restos de Sergio de la Riva en dirección al cementerio, donde fueron incinerados.