Ciclismo/Tour.- (Ampl.) Oscar Pereiro se enfunda el amarillo cuatro años después de Igor

Actualizado: sábado, 15 julio 2006 20:29

El pupilo de Unzue, sometido a una dieta rigurosa, fue segundo en la etapa-maratón y aventajó en casi media hora al pelotón

MONTELIMAR (FRANCIA), 15 Jul. (EUROPA PRESS) -

El corredor español Oscar Pereiro, del Illes Balears, se enfundó hoy el jersey amarillo de líder del Tour de Francia, tras quedar segundo en la decimotercera etapa del Tour de Francia, disputada entre Beziers y Montelimar sobre 230 kilómetros y que se adjudicó el alemán Jens Voigt, del CSC.

Pereiro ocupaba el puesto 46 en la general, a 28 minutos y 50 segundos del estadounidense Floyd Landis, pero el pelotón llegó a 29 minutos y 57 segundos de los escapados. Igor González de Galdeano fue el último español, en 2002, que se enfundó el jersey amarillo de líder.

Esta es la segunda victoria de Voigt en el Tour de Francia tras la conseguida en la edición de 2001. El ciclista alemán privó al español Oscar Pereiro de sumar también su segunda victoria en el Tour, pero el pupilo de Eusebio Unzue pudo festejar el vestirse con la prenda amarilla.

La etapa de hoy comenzó como las anteriores, con intentos de fuga iniciales a los que el pelotón supo responder. Sin embargo, el órdago que lanzaron Jens Voigt (CSC), Oscar Pereiro (CEI), Sylvain Chavanel (COF), Quinziato (LIQ) y Grivko (MRM), rápidamente tomó forma y alcanzó una ventaja de más de diez minutos.

El ritmo fue trepidante, los ciclistas volaban y en menos de una hora de carrera se habían cubierto más de 50 kilómetros. El desgaste de los ciclistas parecía no existir en la etapa más larga de este Tour de Francia, 230 kilómetros marcados por el tremendo calor que acompañó de principio a fin a los corredores.

Pereiro, uno de los escapados, tiró del grupo con todo su ahínco pensando en la clasificación general, ya que la distancia respecto al pelotón era cada vez mayor. En la mitad de la etapa, el pelotón se tomó con mucha calma el ritmo de carrera y Pereiro cogía más opciones de vestirse de amarillo en Montelimar a pesar de los 28 minutos y 50 segundos que le separaban del líder.

Los cinco de cabeza se entendían a las mil maravillas y la diferencia aumentó hasta los 26 minutos. La escapada inicial, que parecía no tener importancia, puesto que pudo haber sido frustrada en un primer momento, fue cogiendo fuerza y sirvió para que esta edición del Tour cambiara de líder en una etapa, a priori, intrascendente.

El equipo del líder, Floyd Landis, no se inmutó ante la escapada y la pasividad provocó el nerviosismo entre las filas del Phonak cuando los cinco en cabeza encaraban la línea de meta con una frescura indiscutible.

CARAMELO DE COLOR AMARILLO.

Cuando a uno le ponen el caramelo más dulce en la palma de su mano trata de aprovecharlo y eso fue lo que hizo hoy Oscar Pereiro. El español fue consciente de sus oportunidades y las aprovechó sin lugar a dudas. Ni los dos puertos de cuarta categoría ni el viento en contra sirvieron para que el ritmo de los fugados disminuyera sino para todo lo contrario.

La estrategia del Phonak fue la de asumir la catástrofe que se avecinaba con la victoria de Pereiro y de que fuera un mal menor. Pretendían ya no que el español se vistiese de color amarillo, sino que su ventaja en la general no superara los dos minutos con respecto a Landis.

A falta de 30 kilómetros para la meta, el ucraniano y más joven de todos los fugados, Grivko, lanzó un intento de escapada en solitario, que inmediatamente fue frustrado. Por contra, los cuatro restantes continuaron con su ritmo fuerte pero con 28 segundos menos respecto al pelotón.

La distancia se acortó como consecuencia de que los hombres del Phonak, alentados por su jefe de filas, empezaron a tirar del pelotón con mucha intensidad para dejar a Pereiro con la miel en los labios de alzarse con ese caramelo tan ansiado.

Cuando sólo quedaban cuatro kilómetros, el alemán Jens Voigt se desentendió del grupo de escapados y dejó atrás a sus compañeros de aventura a excepción de el gallego Oscar Pereiro, que le siguió a rueda hasta la línea de meta.

Los otros dos fugados, Sylvain Chavanel (COF) y Quinziato (LIQ), llegaron a 40 segundos de los dos primeros y el ucraniano descolgado de la cabeza de carrera, Grivko, entró en solitario a más de seis minutos de los dos primeros.

PEREIRO ILUSIONA AL CICLISMO ESPAÑOL.

Así, Oscar Pereiro se enfunda con el maillot amarillo y recobra la ilusión del equipo de Echavarri, que no contaba con un líder desde que Miguel Indurain se alzara en París con su último Tour hace 11 años.

Oscar Pereiro se vistió de amarillo justo el mismo día, hace ahora 10 años, que Miguel Indurain padeciera su primer gran desfallecimiento en la ronda francesa. El 15 de julio de 1996, Miguel Indurain sucumbió ante el poder de Rijs, que acabó por adjudicarse el Tour de ese año y que fueron los primeros indicios de la retirada del navarro, que llegó ese mismo septiembre en la Vuelta Ciclista a España.

El esfuerzo de Oscar Pereiro se ve recompensado con este liderato. El ciclista gallego mantiene una dieta estricta para perder peso y poder rendir al máximo en la cita gala. Pereiro sólo come dos veces al día e incluso la jornada de descanso salió tres horas a rodar sin probar bocado alguno en todo el día.

Con el corazón saliéndosele por la boca, y con su mentor, Echávarri, como un niño con zapatos nuevos, recordando viejas hazañas y podios en los Campos Elíseos con el campeón navarro Indurain, a su lado, el gallego famélico pasó la media hora más tensa de su vida. "Esto es lo más grande", fue lo primero que salió de su boca después que el pelotón llegara media hora más tarde que él.

Mañana, se disputa la decimocuarta etapa, entre Montelimar y Gap, con 180,5 kilómetros y antesala de los Alpes en la que el líder Pereiro y el resto del pelotón tendrán que ascender dos puertos de segunda categoría, el último, el Col de la Sentinelle, a nueve kilómetros tan sólo de la meta.