LA RABASSA (ANDORRA), 6 Sep. (EUROPA PRESS) -
El jefe de filas del Caisse d'Epargne, Alejandro Valverde, reconoció que llegó "apajarado" a la meta de La Rabassa en la séptima etapa de la Vuelta a España, que se adjudicó Alessandro Ballan (Lampre), de la que el murciano destacó la dureza de "la lluvia y el frío", que se añadieron a las "dificultades orográficas" de los Pirineos.
"Esta primera etapa en los Pirineos ha sido muy dura, no sólo por las dificultades orográficas y los kilómetros, sino también, y sobre todo, por la lluvia y el frío que hemos pasado hoy", señaló Valverde, que llegó a la meta en la decimonovena posición, a 55 segundos de Alberto Contador (Astana), tercero y el primero de los favoritos.
El pupilo de Eusebio Unzúe achacó el desfallecimiento que sufrió en la última ascensión a que no se alimentó bien durante el transcurso de la etapa. "Me he encontrado bien todo el día, pero a diez kilómetros de meta he cogido una pájara de estas que te dejan sin fuerzas. Con el frío y el chubasquero puesto todo el día se desgastan más calorías que cuando hace calor y no me alimenté en consecuencia", reconoció.
"A pesar de todo no he perdido mucho tiempo con los favoritos y sigo metido en la general", reseñó el ganador en la segunda etapa en Jaén, que destacó las "buenas actuaciones" de sus compañeros en el Caisse d'Epargne Joaquim Rodríguez, cuarto, y Dani Moreno, octavo, lo que demuestra que "el equipo está bien para las próximas etapas".
"Mañana saldré con moral en una etapa que será muy diferente: muy dura pero más corta y con mejor tiempo", finalizó el doble subcampeón del Mundo, augurando espectáculo en una jornada en la que los ciclistas ascenderán dos puertos de primera categoría antes de terminar en Pla de Beret.
