GIRONA, 15 Abr. (EUROPA PRESS) -
El Akasvayu Girona no falló ante la gran oportunidad de conquistar en el pabellón de Fontajau el primer título europeo de su historia, la Fibacup, y se adjudicó la victoria en el torneo, en el que sucede en el palmarés al DKV Joventut de Badalona, al derrotar en una emocionante final (79-72) al Azovmash Mariupol ucraniano.
El equipo de Svetislav Pesic no ofreció la exhibición de la semifinal ante el MMT Estudiantes (89-58) y encontró una gran resistencia, pero, liderado otra vez por Arriel McDonald, máximo anotador con 25 puntos, Gregor Fucka y Marc Gasol, ambos con 12, se acabó imponiendo en el último cuarto para levantar la Fibacup.
Con este triunfo, el Girona culmina una gran trayectoria en el torneo (16 victorias y una sola derrota) que, por otra parte, mantiene el pleno del baloncesto español en Europa, tras la victoria del Real Madrid en la Copa Uleb, a falta de la actuación del Tau y el Unicaja en la 'final four' de la Euroliga.
Fontajau vivió un ambiente nunca visto en su historia y se volcó en la primera final europea de su equipo, un encuentro de máxima tensión y emoción que mantuvo una gran igualdad y que no se resolvió hasta el último cuarto, aunque los locales llegaron a ir ganando de 13 puntos (54-41) en el tercer periodo.
El planteamiento del Azovmash no permitió al Akasvayu la comodidad que le ofreció el Estudiantes en la semifinal y le creó muchos problemas, sobre todo en ataque, pues no encontraba la manera de superar la defensa en zona de los ucranianos, y también en defensa, donde la movilidad de Lishchuk también le hizo mucho daño.
Los triples, tres de un gran McDonald y uno de Salenga, mantuvieron al Girona en el primer cuarto, en el que acabó con una pequeña ventaja (17-15) en la que sólo Sada había logrado una canasta de dos puntos --en siete intentos-- que mostraba la dificultad del rival, un equipo limitado en efectivos pero suficiente para plantar batalla.
MCDONALD, FUCKA Y GASOL GUÍAN AL GIRONA HACIA EL ÉXITO
El Akasvayu también careció entonces de la agresividad y frescura que exhibió el viernes y tuvo problemas para mantenerse por delante, aunque lo logró debido al acierto de McDonald, autor de 18 puntos al descanso, y al poder que empezaba a ejercer bajo los aros un jugador veterano y curtido como Fucka.
Una canasta del esloveno permitió a los locales marcharse al descanso con una renta de cuatro puntos (40-36) y afrontar con mayor confianza el tercer cuarto, al que Salenga, otro de los jugadores de peso, llegaba con tres faltas personales, lo mismo que el peligroso El-Amin y un secundario como Botichev por parte ucraniana.
En la reanudación, el Akasvayu recuperó la intensidad y efectividad que le ha caracterizado a lo largo del torneo e inclinó el partido a su favor. Hasta entonces su máxima ventaja no había pasado de los cinco puntos, pero rápidamente empezó a irse de más de 10 puntos y llegó a situarse con una renta de 13 (54-41).
En ese momento la afición de Fontajau ya comenzó a sentirse campeona, pero el Azovmash aguantó el tirón de los locales y sorprendió con una gran reacción, pese a que en esos minutos uno de sus jugadores más determinantes, Lishchuk, había llegado a las cuatro faltas y fue reservado por su entrenador hasta el final del periodo.
El equipo ucraniano le endosó un parcial de 12-1 al Akasvayu apoyándose principalmente en su 'torre' más alta, el húngaro Guylas, que le permitió situarse a sólo dos puntos (55-53), aunque los locales acertaron al final del cuarto para mantenerse cuatro por delante (59-55) para afrontar el último cuarto.
En la parte decisiva, los de Pesic fueron salvando ventajas cortas, aunque Gulyas lograba la igualada (67-67) a 3'50", ya con Lishchuk fuera de pista, aunque acto seguido McDonald, una vez más, daba aire al Girona con un tiro libre y un triple (71-67 a 2'49") que volvían a encender a la grada de Fontajau en su cita con la historia.
Entonces cobraron protagonismo Marc Gasol, al que no le tembló el pulso para anotar dos tiros libres y luego otra canasta para poner el 73-67, y Fucka, que firmó el 78-69 que hizo enloquecer al público a falta de un minuto, en el que Marinovic también tuvo su aportación para asegurar una merecida y esperada victoria del Akasvayu.
