Fútbol.- El Bernabéu reclama la dimisión de Calderón

Actualizado: lunes, 8 diciembre 2008 0:28

La grada fue especialmente crítica con el 1-3

MADRID, 7 Dic. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Real Madrid, Ramón Calderón, recibió el respaldo mayoritario de la Asamblea General Ordinaria del club celebrada esta mañana, siendo consciente de los numerosos detractores que reprueban su gestión, pero fueron mayores los apuros sufridos en el estadio Santiago Bernabéu, que al unísono reclamó su dimisión en el partido ante el Sevilla cuando el marcador era claramente favorable a los hispalenses por 1-3.

Fue justo cuando el colegiado González Vázquez decretó el descanso, inmediatamente después de que Kanoute profundizara en la herida blanca con el tercer gol del equipo que dirige Manolo Jiménez, en un partido que se volvió 'negro' para los madridistas antes del descanso (1-3). El coraje y los goles argentinos de Higüaín y Gago hicieron soñar con la remontada, pero finalmente Renato puso la puntilla a los de Chamartín y dañó de consideración al presidente.

Desde un sector del fondo norte se encendió la mecha, al grito de '¡Dimisión, dimisión! que rápidamente contagió al resto de la hinchada, cansada de la debilidad deportiva de su equipo y de los continuos devaneos de un presidente al que muchos parecen no querer. La grada despidió al equipo blanco con pitos y abucheos, en lo que era una prolongación del 'espectáculo' ofrecido en el Palacio de Congresos del Campo de las Naciones.

Las amargas quejas de la afición se repitieron al comienzo del segundo acto. Desde el antiguo 'Gallinero' volvieron a reproducirse los cánticos que pedían la 'cabeza' del presidente. Calderón y su junta directiva habían soportado estoicamente la Asamblea pero eran conscientes de que sería mucho más complejo darle la espalda al estadio si los socios reclamaban su dimisión o hacían uso del pañuelo blanco en visible señal de desaprobación.

El camino de la remontada apaciguó los ánimos de la grada, que volvió a centrarse en el partido, pero el pitido final, con un Bernabéu que se iba vaciando, sirvió para desatar las quejas de la afición pese a que la megafonía hizo su labor y tapó los abucheos mientras los jugadores se despedían por el túnel de vestuarios.