LIVORNO, 14 Feb. (EUROPA PRESS) -
El entrenador del RCD Espanyol, Ernesto Valverde, se mostró medio satisfecho al final del primer partido de la eliminatoria ante el Livorno (1-2) ya que considera que su equipo tiene "encarrilado" el pase a los octavos de final de la Copa de la UEFA, "pero es una pena porque podíamos haber resuelto", dijo, asegurando que bajo su punto de vista la eliminatoria todavía está "en el aire" y que, por ello, el Espanyol "no puede confiarse".
"Hemos conseguido un buen resultado, pero nos queda la pena de que podía haber sido mejor. Está bien encarrilado, pero no está resuelto y hemos tenido ocasiones para haber resuelto. Sin embargo, hemos dejado la eliminatoria todavía en el aire", comentó Valverde, que luego añadió: "No podemos confiarnos, en absoluto, y saldremos a ganar el partido como si hubiéramos quedado 0-0. Para mí, la eliminatoria está en el aire".
El técnico españolista advirtió que el Livorno será un rival "complicado" en el partido de vuelta en el estadio Olímpico de Montjuïc y se refirió al rival como "un equipo que basa mucho su juego en llegar a las últimas líneas y servir balones a Lucarelli, que es un gran rematador". No obstante, restó importancia a los ataques del Livorno al final del partido ya que "es normal que al final nos apretasen porque jugaban en casa e iban perdiendo 0-2".
Valverde, por otra parte, reconoció la ilusión que genera entre los españolistas la Copa de la UEFA, en la que su equipo lleva una trayectoria impecable ya que no ha perdido ningún partido esta temporada, aunque advirtió: "Parece que como una vez llegamos a la final (1988), ahora tenemos que llegar a otra, y si te eliminan parece que derrumban todo el castillo que has construido, así que vamos a pensar primero en la Liga y luego en la Copa de la UEFA, pero con calma".
Finalmente, reconoció haber tenido una sensación "extraña" en Livorno por la disputa del partido en un estadio sin público. "Nos ha chocado al principio, aunque luego estás metido en el partido y no reparas en la gente y no ha habido ningún bajonazo de tensión por ello. Lo extraño era mirar de frente a la grada y no ver público, ya que los cánticos venían de detrás", dijo, aludiendo a los gritos del reducido grupo de aficionados de ambos equipos que accedieron al estadio acreditados por sus clubes.
