Fútbol.- Manuel Llorente cumplirá mañana 100 días como presidente del Valencia con estabilidad social y deportiva

Actualizado: lunes, 14 septiembre 2009 15:37

VALENCIA, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

El presidente del Valencia, Manuel Llorente, cumplirá mañana 100 días en el cargo, un tiempo en el que ha tenido que lidiar con problemas deportivos, económicos y sociales pero que, a día de hoy, el club goza de una estabilidad deportiva después de que el equipo sea colíder de la Liga, y económico-accionarial después de que la Fundación haya comprado el 72 por ciento gracias a un crédito de Bancaja avalado por la Generalitat.

El pasado 7 de junio, Llorente volvió a la presidencia de la entidad tres años después de salir del club y enrolarse en el Pamesa Valencia. Desde aquel día, Llorente ha tenido que establecer unas líneas de gestión, tanto deportivas como sociales, que se vieron sacudidas el pasado verano por dos 'ciclones' que acapararon todos los movimientos del club y que tienen nombres propios: David Villa e Inversiones Dalport.

Del primero dependía buena parte del futuro deportivo del club. Villa fue pretendido durante todo el verano por los grandes equipos del fútbol europeo, comandados por Real Madrid y Barcelona. Llorente tuvo que anunciar públicamente que el jugador no estaba en venta en medio de una presión mediática muy fuerte y eso desgastó su imagen de cara a los medios de comunicación nacionales.

Sin embargo, tanto Llorente como su consejo de administración se mostraron inflexibles, pese a la tentación de los aproximadamente 40 millones de euros que se llegaron a ofrecer por el jugador en medio de la crisis económica de la entidad y Villa se quedó en el Valencia, así como otros jugadores apetecibles para el mercado futbolístico, como Silva o Mata.

En el mercado de fichajes, Llorente acabó el periodo estival con beneficios económicos. Vendió a Albiol por 15 millones al Real Madrid y apenas se gastó seis millones con la llegada de Moyá. Así, el presidente mantuvo a los mejores jugadores de su plantilla con el objetivo de devolver al Valencia a la Liga de Campeones, una competición que sanaría en buena medida el agujero económico que sufre en la actualidad.

LLEGADA DE DALPORT.

Sin duda, el mayor sobresalto de la etapa de Manuel Llorente como presidente del club llegó el pasado 4 de julio, cuando Vicente Soriano se autoproclamó apoderado de la empresa uruguaya Dalport y anunció la compra del 50,3% del accionariado del club que dejaría sin poder al actual consejo de administración.

Durante todo el mes de julio, Manuel Llorente mantuvo diversos pulsos con la empresa uruguaya y cumplió con su deber al establecer para hoy una Junta General de Accionistas, después de un requerimiento notarial, que debería servir para el desembarco de Dalport en el Valencia.

Sin embargo, con la ampliación de capital que nunca se suspendió, pese a las presiones de Dalport, y que acabó siendo un éxito, tanto Llorente como, por extensión, el Valencia eliminaron del mapa a la empresa al no depositar ésta la cantidad económica necesaria para mantener su cuota de poder en dicha ampliación.

El paso más grande a nivel social que ha realizado Llorente en estos 100 días, de mano de su consejo de administración, fue conseguir un préstamo de Bancaja concedido a la Fundación del Valencia y avalado por la Generalitat que cubriese el sobrante de la ampliación de capital.

Con esta situación, el panorama accionarial del Valencia se encuentra comandado por la propia Fundación, quien anunció la semana pasada que se quedará con un montante del 51% del capital social del club y que venderá el restante en paquetes de 50.000 euros.

NUEVOS RETOS.

Cumplidos los dos principales objetivos de sus primeros 100 días de mandato --confección de plantilla competitiva y ampliación de capital completa--, a Manuel Llorente se le presentan por delante varios retos con los que deberá dejar al Valencia en una posición de solvencia económica necesaria para su supervivencia.

De hecho, el consejo de administración del club, comandado por el propio Llorente, ya ha comenzado con su política de restricción económica y la entidad se está 'apretando el cinturón'. Algunos ejemplos de ello es la supresión del autobús del equipo.

En el horizonte también se encuentra el Nuevo Mestalla. Las obras del nuevo feudo valencianista se encuentran paralizadas desde hace meses por la falta de pago a las empresas encargadas para su construcción. Éste será otro de los objetivos de Llorente a medio plazo, y al ser posible con un coste inferior al previsto inicialmente.