MADRID, 27 Dic. (EUROPA PRESS) -
El FC Barcelona, con su conquista de la Liga y la Copa de Europa, y la selección italiana de Cannavaro, tras alzarse con el Mundial de Alemania y recibir su jugador recientemente el Balón de Oro y el Fifa World Player, han sido, junto al Sevilla, campeón de la UEFA y de la Supercopa de Europa, los protagonistas indiscutibles de este 2006 futbolístico.
A nivel de clubes, los conjuntos españoles han mostrado su supremacía sobre el resto de los equipos europeos al conquistar las dos competiciones del viejo continente. Si el Sevilla se imponía con claridad en la Copa de la UEFA, ganando 3-0 en la final al Middlesbrough, el Barcelona conquistaba la ansiada 'Champions League' tras una final de infarto frente al Arsenal.
El conjunto catalán, que llevaba más de año y medio desplegando el mejor juego de Europa, se tomaba la revancha ante el Chelsea, artífice de su eliminación en la edición pasada, y tras dejar fuera al Benfica y al poderoso Milan, se plantaba en la final europea dispuesto a rememorar aquel 20 de mayo de 1992 en el que Ronald Koeman otorgaba su primera Copa de Europa al conjunto catalán.
A pesar de comenzar por debajo en el marcador, el equipo de Frank Rijkaard doblegó al Arsenal, con diez durante más de 70 minutos por expulsión de Lehmann, con goles de Samuel Eto'o y Giuliano Belleti y conseguía un 'doblete' histórico al haber obtenido el título liguero con gran rotundidad. Con una plantilla equilibrada y un juego atractivo, los culés cerraban una temporada histórica.
Con un excepcional Ronaldinho y un siempre efectivo Eto'o, el Barcelona reivindicaba el fútbol ofensivo y arriesgado frente al resultadismo y los sistemas conservadores imperantes en los últimos tiempos.
Una reivindicación que también se le puede aplicar al Sevilla que, con un fútbol vistoso y de toque, logró la Copa de la UEFA y se proclamó recientemente campeón de la Supercopa de Europa, precisamente ante el F.C.Barcelona.
El club sevillano, con unos acertadísimos fichajes, formó un equipo sólido y agresivo que caminó con paso firme por la UEFA y sorprendió al Barça en la disputa de la Supercopa de Europa al golearle por tres a cero. El conjunto hispalense puso el broche a una gran temporada al ser nombrado 'mejor equipo del mundo' en el 2006 y finalizar como líder de una Primera División, a la que se ha ganado el derecho de aspirar.
El Sevilla ha conformado una plantilla muy completa con una mezcla de grandes fichajes (Kanouté, Adriano, Luis Fabiano...) y una estupenda cantera (Navas, Puerta, Kepa...). Y todo ello bajo la magistral batuta de Juande Ramos, quien llegaba a la capital hispalense con el difícil reto de hacer olvidar a Joaquín Caparrós.
ITALIA LOGRA SU CUARTO MUNDIAL.
A nivel de selecciones, y también a nivel individual, los italianos fueron los grandes triunfadores del 2006. La selección 'azzurra' alcanzó la gloria en el Mundial de Alemania y se alzó con su cuarto trofeo, tras los obtenidos en 1934, 1938 y 1982. Y no habría poderlo hecho de no ser, en gran parte, por la excelente actuación de Fabio Cannavaro.
Con una selección brasileña decepcionante, las puertas para obtener el cetro mundial se quedaron muy abiertas, aunque España tampoco fue capaz de aprovechar una nueva cita y se quedó en los octavos.
La anfitriona, con su mejor juego de los últimos años, los franceses, con un conjunto veterano y experimentado, y los italianos, con su siempre infranqueable defensa y efectividad ofensiva, se convertían en los grandes candidatos a llevarse la Copa del Mundo ante la caída también de Argentina y pese al empuje de la Portugal de Luiz Felipe Scolari.
Serían finalmente los italianos, con Buffon y Cannavaro en plan estelar, quienes levantarían el título más importante del mundo del fútbol al imponerse en la final a Francia por penaltis. Un hecho que contribuyó a que el nuevo fichaje madridista se convirtiera en el gran triunfador, a título individual, del 2006.
El defensa transalpino recibía el Balón de Oro ante la competencia del brasileño Ronaldinho y poco después lograba el Fifa World Player imponiéndose de nuevo al 'Gaucho' y a Zinedine Zidane, que empañó su despedida con un cabezazo sin sentido a Materazzi en la gran final. Sin duda, su regularidad durante toda la temporada, y su hegemonía en la selección, que la llevó a ganar su cuarto título mundial, fueron las grandes causas de estos reconocimientos.
