VALENCIA, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Levante regresó a la Primera División del fútbol español, tras derrotar por al Lleida (0-1), tan sólo un año después de perder la categoría y después de una temporada llena de altibajos en la que la calidad de los futbolistas azulgrana terminó imponiéndose a la novedosa irrupción de los equipos murcianos.
El cuadro de José Manuel Esnal, Mané, al que le valía el empate ante el Lleida, no jugó un buen partido ante los catalanes, pero supo aprovechar al máximo la única ocasión clara de la que dispuso.
Poco antes del descanso, en una falta botada desde el lateral derecho, el delantero ganés del Levante mandaba el balón al fondo de las mallas después de un fallo del guardameta Miguel para terminar desatando la euforia entre sus aficionados de un anhelado ascenso a Primera, conseguido anteriormente por el Nástic de Tarragona y el Recreativo.
Muchos de los jugadores que consiguieron el último ascenso en la campaña 2003-04, y que, además, dieron un buen rendimiento en Primera, abandonaron la nave levantinista rumbo a otros equipos. Rivera (Betis), Mora (Valencia), Pinillos (Racing), Jofre (Espanyol), Sergio García (Zaragoza) y Nacho (Málaga), además de Celestini, Cuéllar y Mjallby, dejaron el Levante.
En su lugar, reforzaron la plantilla futbolistas como Nagore (Mallorca), N'Diaye (Olympique), Carmelo (Las Palmas), Courtois (Istres), Riga (Sparta de Rótterdam), Javi Rodríguez (Pontevedra) y Tello (Castilla).
Los comienzos del conjunto azulgrana en la temporada fueron un tanto irregulares. El conjunto Eliminado en Copa del Rey por el Eibar y, de la mano de José Luis Oltra, encadenó tres victorias en las tres primeras jornadas de la competición. El presidente, Pedro Villarroel, calificó a su plantilla como la mejor de la categoría, pero el juego de los granotas despertaba dudas que los resultados se encargarían de refrendar a partir de la visita al Murcia.
Los azulgrana no pasaron del empate a cero goles en La Condomina y, una semana después, el Albacete arrancó un 1-1 del Ciutat de Valencia. En Tarragona, la primera derrota de la temporada (1-0) --con gol del ex granota Diego Torres-- frente a un Nàstic que, por aquel entonces, no pasaba de ser un equipo que luchaba por no descender. Después, el Recreativo de Huelva, se impondría en Valencia por 1-3, reforzando la mala trayectoria levantinista frente a los rivales directos.
El sonoro tropiezo en el estadio Mediterráneo frente al Almería (5-1) condenó a José Luis Oltra. Con el Levante como undécimo clasificado de la Segunda División, a cinco puntos de los puestos de ascenso, Pedro Villarroel dejó el equipo en manos de un técnico experto como José Manuel Esnal 'Mané', que iniciaría su segunda etapa como entrenador granota, tras su paso en la temporada 1996-97.
El de Balmaseda, al menos de inicio, logró enderezar la situación. Una sufrida victoria sobre el Castellón (3-2) y una victoria por la mínima en Soria (0-1) metían de nuevo en la pelea a los suyos, a un punto del tercer puesto. Pero la irregularidad, un mal que persiguió a los levantinistas durante buena parte de la temporada, trajo dos nuevas derrotas contra el Xerez (2-3) y el Hércules (3-0) que hacían ver que el camino de los azulgrana volviera a torcerse.
Tras recibir seis goles en dos partidos, Mané imprimió su sello defensivo y el Levante encadenó 13 partidos consecutivos sin conocer la derrota. Luego, llegaría el examen de otro rival directo en la pelea por el ascenso: el Recreativo de Huelva. Los azulgrana cayeron derrotados estrepitosamente en el Nuevo Colombino (4-1), aunque con muchas críticas hacia la actuación del colegiado. El 2-4 en el Ciutat frente al Almería acentuó la incertidumbre y dejó a Mané en la cuerda floja.
Esta derrota en casa espoleó a los granotas. Una semana después, empatarían 0-0 en Castalia, con un polémico gol anulado a Congo en los últimos minutos del derbi ante el Castellón. A partir de ahí, seis victorias en siete partidos frente al Numancia, Xerez, Hércules, Tenerife, Sporting y Valladolid. El único que, curiosamente, pudo doblegarles (2-1), fue el Ciudad de Murcia, que les puso complicado el ascenso hasta el último suspiro de la Liga.
Tras empatar en Ipurúa frente a un Éibar ya descendido y que sólo se jugaba la honrilla, todo quedó para las dos últimas jornadas de Liga. El Levante, con dos puntos de ventaja sobre el Ciudad de Murcia y tres con el Lorca, se enfrentaba a su primer intento por subir ante los hombres de Unai Emery. Como marco para añadir más dramatismo a la pelea, las acusaciones vertidas por el presidente lorquino, Antonio Baños, sobre el Levante. Según él, el club valenciano habría comprado al Valladolid para dejarse perder en su visita al Ciutat de Valencia.
El Levante no pudo pasar del empate ante el Lorca en la penúltima jornada de Liga por lo que dejó sus posibilidades de ascenso para la última jornada ante el Lleida en la que sólo un punto le bastaba para subir de categoría aunque logró los tres para redondear la faena.
