VALLADOLID, 22 Abr. (EUROPA PRESS) -
Miles de personas se acercaron a la Plaza Zorrilla de Valladolid, en el centro de la capital vallisoletana, para seguir los últimos minutos del partido del Real Valladolid frente al Tenerife y celebrar el ascenso a Primera División del equipo vallisoletano.
Los aficionados acudieron a los alrededores de la fuente ubicada en esta plaza, desde donde siguieron los últimos minutos del encuentro y, después de que el Real Valladolid marcara el segundo gol frente al Tenerife (0-2), encendieron bengalas y comenzaron a festejar el ascenso antes de que finalizara el partido.
Los asistentes portaban camisetas, banderas y bufandas del equipo vallisoletano y coreaban gritos como 'pucela es de primera', 'que bote Zorrilla', 'pucela, pucela, oe, oe, oe' y 'a por ellos, oe' mientras festejaban el ascenso.
Poco antes del término del encuentro, cientos de los asistentes a la improvisada fiesta se lanzaron a la fuente de la plaza Zorrilla sin que los efectivos de la Policía Municipal presentes en el lugar hicieran nada para evitarlo. Allí, principalmente los más jóvenes se bañaron con las camisetas del equipo, aunque también hubo quien se desprendió de la ropa.
En ese momento, y ante la avalancha de personas que se amontonaba junto a la fuente, la Policía Municipal procedió a cortar el tráfico a lo largo de toda la calle Miguel Íscar y al principio de la acera Recoletos, aunque se mantuvo la circulación en el tramo que conecta el final de la calle María de Molina con el paseo de Zorrilla. Efectivos del cuerpo de Policía aseguraron que el corte se prolongará hasta que los asistentes abandonen el lugar.
Cerca de las 21.00 horas, poco después del final del partido, nuevos grupos de aficionados se acercaron a la plaza Zorrilla. El momento más peligroso se produjo mientras llegaba un grupo de unos 50 jóvenes que portaban banderas preconstitucionales españolas y otras con el símbolo nazi y que encendieron numerosas bengalas provocando que la gente concentrada alrededor de ellos tuvieran que apartarse por temor a sufrir alguna quemadura por las chispas que saltaban.
Alrededor de las 21.30 horas la fuente permanecía sin funcionamiento pero repleta de personas que festejaban el ascenso mojándose con el agua y bailando la conga en el borde de la misma. Hasta ese momento no se había producido ningún incidente entre los aficionados y la fiesta se desarrollaba con normalidad.
