MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
La SD Huesca y el Rayo Vallecano se convirtieron este domingo en los dos primeros equipos descendidos a la Liga 1/2/3, a la que retornan una temporada después de haber logrado el complicado objetivo de ascender y lastrados por su mal inicio y la falta de victorias.
El conjunto oscense y el vallecano habían llegado con pocas opciones de supervivencia a las tres últimas jornadas del campeonato, donde apenas tenía margen de error, y ninguno pudo cumplir con su misión de ganar una bola extra para las dos restantes.
Los de Paco Jémez cayeron ante un rival directo como el Levante (4-1) el sábado y el triunfo del Valladolid ante el Athletic Club cercenó la última posibilidad que pasaba por un rocambolesco cuádruple empate, mientras que los de Francisco Rodríguez se despidieron en el cierre dominical tras ser goleados por el Valencia (2-6).
Los dos eran de los señalados como serios candidatos al inicio de temporada a pelear por evitar el descenso, condición que se le suele dar a casi todos los ascendidos, con el añadido de que ambos partían con unos de los presupuestos más bajos de una categoría en la que, además, el Huesca era debutante.
El equipo aragonés tuvo que empezar su histórica campaña con tres partidos a domicilio por las obras de El Alcoraz y su inicio fue esperanzador, con triunfo en Ipurua (1-3) y empate en San Mamés (2-2). La tercera salida, al Camp Nou, se saldó con un demoledor 8-2, aunque disfrutó de adelantarse en el marcador y los azulgranas entraron en una espiral muy negativa que se llevó por delante a Leo Franco, sustituido por Francisco.
Desde la derrota ante el Bara, el Huesca se pasó 14 jornadas más sin saborear una victoria, sumando sólo cuatro puntos. No fue hasta la simbólica noche de Reyes, el 5 de enero, cuando logró ante el Betis ganar de nuevo. El empate en Anoeta y los triunfos seguidos ante el Valladolid, en el mejor partido en casa (4-0), y el Girona (0-2), más la igualdad en la zona baja, le dieron vida, más cuando derrotó al Sevilla (2-1).
Entonces, llegaron tres derrotas seguidas y luego cuatro empates consecutivos, que lo complicaron todo pese a que no se rindió con el triunfo ante el Eibar (2-0) y el empate ante el Villarreal (1-1). La goleada de este domingo puso fin a una aventura marcada por la falta de triunfos, tan sólo seis de momento, algo más de firmeza en casa (18 de 54 puntos) y poca fuerza ofensiva (40) para compensar su debilidad defensiva (60).
EL RAYÓ SOÑÓ AL INICIO DE LA SEGUNDA VUELTA
Algo similar le pasó al Rayo Vallecano, que se desangró sobre todo atrás (66 goles encajados) y al que también se le han resistido los triunfos. Logró dos más que el Huesca, pero a cambio acumula a falta de dos jornadas 21 derrotas, 14 de ellas a domicilio. Y es que el conjunto franjirrojo sólo ha podido sacar 10 puntos como visitante de los 54 en juego y además sólo ha marcado lejos de Vallecas 14 tantos.
El equipo madrileño no comenzó tan esperanzador como el oscense, aunque su calendario no le ayudó demasiado con visita inicial del Sevilla, que le goleó 1-4, y partido en el Wanda Metropolitano, donde plantó cara pese a la derrota (1-0). En el tercero ganó en El Alcoraz (0-1), pero se quedó enganchado abajo tras estar las siguientes diez jornadas sin ganar.
La directiva rayista mantuvo su confianza en Míchel y esto tuvo un efecto en forma de recompensa en el inicio del 2019. El Rayo ganó al Levante para cerrar el 2018 e inició una positiva racha de dos victorias (Valladolid y Celta), un empate (Real Sociedad) y un triunfo más, en Mendizorrotza, donde hasta entonces no había ganado nadie. 23 puntos y fuera del descenso con casi toda la segunda vuelta por jugarse.
Sin embargo, cuando más esperanzador era el panorama, siete derrotas consecutivas le volvieron a condenar y provocaron el adiós de Míchel y la vuelta de un Paco Jémez que, pese a los triunfos ante el Eibar y el Real Madrid, no consiguió enderezar el rumbo, sobre todo fuera de casa. Así, lejos de Vallecas, su sueño de permanencia acabó en el Ciutat de Valncia.
