MADRID, 12 Dic. (EUROPA PRESS) -
El entrenador del Rayo Vallecano, Paco Jémez, ha asegurado que este sábado en Mestalla deben intentar aprovecharse "de la situación" del Valencia para seguir ascendiendo posiciones, ya que "el conformismo se convierte en ruina", y ha afirmado que en el tema de la violencia verbal en los estadios hay cosas en las que se están "extralimitando" y en otras "quedando cortos", aunque todas las medidas son "buenas", "siempre y cuando sean lógicas y normales".
"El Valencia tuvo un inicio de Liga espectacular y llevan unos cuantos partidos en los que les está costando. De ahí que se hayan descolgado de un gran comienzo de campeonato, vamos a intentar aprovecharnos de esa situación", declaró en rueda de prensa.
Sobre el rival, afirma que está "un poco apremiado por ganar para coger tranquilidad". "Tenemos que intentar ponérselo lo más difícil posible. No podemos ir a Mestalla a que se sientan cómodos y demuestren su potencial porque en esa pelea vamos a perder seguro. Intentaremos que si tienen alguna duda, aflore. Están acostumbrados a jugar en diferentes situaciones y no les va a pesar. Con todo lo que queda por delante confiarán en quedar mucho más arriba", indicó.
Además, el preparador andaluz aseguró que aunque el Valencia tiene las bajas de Dani Parejo y Paco Alcácer, ellos también afrontan el duelo con "las de Trashorras, Fatau, Cobeño, Zé Castro...". "A nosotros también nos falta gente, a todo el mundo. Ellos tienen suficiente plantilla como para no notar a nadie y nosotros no tenemos excusa. A estas alturas, casi todos los equipos tienen gente lesionada y sancionada y nos tenemos que amoldar a esas nuevas exigencias. Yo no me puedo quejar porque tengo una plantilla lo suficientemente amplia para cualquier imprevisto de este tipo", expresó.
Por otra parte, Jémez advirtió del peligro que supone confiarse al estar asentados en la undécima plaza, siete puntos sobre el descenso y a cinco de Europa. "El otro día lo estuve hablando con los jugadores, me asusta la situación en que estamos porque es cómoda y es lo peor que puede haber en el fútbol, la comodidad. No quiero que nadie se vuelva conformista. Desde el inicio hemos estado en una situación tranquila y me dan mucho miedo las situaciones tranquilas. La experiencia me dice que la tranquilidad se vuelve conformismo y éste se vuelve ruina", aseveró.
"No estoy a gusto con la posición en la que estamos. Tengo que exigirles a mis jugadores que no haya ni un ápice de conformismo porque eso no lo perdono. Luchar por estar más arriba y algo importante es nuestra idea. Si lo conseguimos o no, ya veremos. Me dan miedo las situaciones de tranquilidad porque, si no las gestionas bien, los 7 puntos se convierten en 6, los 6 en 3 y los 3 en ninguno... Y cuando te das cuenta no hay Dios que levante eso", prosiguió.
Jémez tampoco rehusó hablar de la nueva normativa que sancionará la violencia verbal en los estadios. "Cualquier medida lógica y normal que se tome para que las cosas vayan a mejor me parece perfecta. ¿Hasta dónde está eso? Hasta donde tú lo quieras llevar. El punto que no puedes traspasar es el que se tiene que delimitar muy bien. Entre otras cosas porque también había sevillistas, y su rivalidad con el Betis es fuerte. Me parece bien que se tomen medidas, pero se empieza a ajustar, ajustar, ajustar... tampoco puedes ir a un campo y que la gente no diga absolutamente nada", explicó, sobre los cánticos oídos el pasado domingo en Vallecas.
"La gente cuando vas a los campos te dice de todo y no he visto a nadie que diga 'vamos a multar a esta afición, que se está metiendo con este entrenador'. Eso no pasa. Hay cosas en que nos estamos extralimitando y en otras nos estamos quedando cortos. Todas las medidas son buenas, siempre y cuando sean lógicas y normales. Un campo vacío o callado no tiene mucha gracia y a mí que me llamen tonto en un campo, personalmente, no me molesta. Me he acostumbrado a trabajar con eso y no me molesta. Hay cosas que sí que hay que perseguir e incidir porque son verdaderamente importantes", añadió.
Por ello, cree que se debe "responsabilizar a la gente que hace esas cosas". "Si hay un tío que tira una botella, ¿multas al club? No, multa a quien la tiró y se acuerde la próxima vez que tenga una botella en la mano que eso no se puede hacer. Eso me parece más lógico. Un club no puede responsabilizarse de las 80.000 personas que entran al Bernabéu, por ejemplo. Tenerlos controlados es imposible y energúmenos hay en todos los sitios. Hay que intentar erradicar a esos energúmenos. Al final el club indirectamente son los responsables, pero me parece injusto que sólo se los responsabilice a ellos", incidió.
Por último, sobre su continuidad la próxima temporada, el entrenador rayista espera un decisión pero sin que "afecte al equipo". "Le di la posibilidad al Rayo de estar un año más aquí y tiene un plazo para sopesarlo hasta el 1 de enero. Cuanto antes lo tengamos claras ambas partes mejor. Eso no quita para que sigamos trabajando y estar en cuerpo y alma aquí hasta el 30 de junio. No sé nada al respecto. No me he preocupado del tema y tampoco quiero que nadie pierda la atención. Es un tema que me gustaría mantener en la intimidad, dentro de lo posible, y no quiero que se generen cosas alrededor del equipo", explicó.
"Un entrenador tiene que pensar siempre que tiene que acabar en los sitios, es así porque no hay un entrenador que dure siempre. Nunca, menos en España. ¿Qué me gustaría estar aquí 25 años? Pues sí, pero es una utopía. No me preocupa el cuándo. Lo que más me preocupa es que tengo trabajo y que estoy en un sitio donde se me valora, se me quiere y se me deja trabajar con tranquilidad. Y si el 30 de junio tengo que coger los trastos e irme a otro sitio siempre le estaré agradecido. Y ojalá que pueda volver en otra etapa porque me han tratado bien, con cariño, cercanía... Valencia, que es el partido que tenemos. Lo mío no es importante", concluyó.
