BARCELONA, 20 Dic. (EUROPA PRESS) -
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, se toma el partido de mañana ante el Atlético de Madrid como "una prueba de fuego" para su equipo tras la derrota en el Mundial de clubes y la pérdida del liderato en la Liga y reclamó el apoyo "incondicional" de la afición.
"Es un rival que siempre nos ha complicado los partidos, sobre todo en casa, y nos viene en un momento en que la victoria es muy importante. Si no ganamos, podríamos estar en una situación que hoy por hoy el Barcelona no tendría por qué plantearse", comentó.
Laporta, que confesó no recordar cuándo fue la última vez que el Barcelona ganó al Atlético en el Camp Nou --hace tres temporadas--, garantizó en todo caso el "buen estado anímico" del Barcelona, a pesar de la decepción vivida en el Mundial de clubes disputado en Japón.
El presidente barcelonista reconoció que le habría gustado volver de Japón porque habría sido "el broche de oro a una temporada histórica", tras los éxitos en la Liga de Campeones y la Liga española, pero que esta derrota le hará "coger más fuerza" al equipo.
En este sentido, como también ha hecho el técnico Frank Rijkaard, confió en que la derrota hará que los jugadores del Barcelona estén "más mentalizados para volver a ganar títulos esta temporada (la Liga de Campeones) y poder volver a Japón el próximo año".
"RETOS RENOVADOS" ANTE 2007, CON EL MUNDIAL DE CLUBES COMO OBJETIVO
En la actual temporada, el Barcelona debe "intentar igualar lo que ha conseguido este año y, si se puede, mejorarlo", explicó Laporta, tras participar hoy en la tradicional comida previa a las fiestas navideñas ofrecida por el Barcelona a los medios de comunicación.
Laporta también pronunció un discurso para hacer balance del año en que destacó como principales logros de 2006 la Liga de Campeones, la Liga y el acuerdo con Unicef, que ha llevado al Barcelona a lucir publicidad en la camiseta del equipo por primera vez en la historia.
El acuerdo con Unicef y el posicionamiento del Barcelona de ser más que un club en el mundo "ha sido una de las mejores decisiones de la historia del Barcelona", proclamó Laporta, que afronta el año 2007 con "retos renovados" y la ilusión de también "renovar éxitos".
Uno los objetivos de futuro es alcanzar unos ingresos de 500 millones de euros en la temporada 2009/10, la última de su mandato, y cumplir la previsión de cerrar el ejercicio 2006/07 con 300 millones de ingresos, y seguir expandiendo la marca del club en el mundo.
En este sentido, destacó la experiencia de Japón como muestra de que "el sentimiento barcelonista llega a todos los rincones" y citó al niño japonés que apareció llorando tras la derrota. Según dijo, el Barcelona quiere encontrar al niño "porque se merece un homenaje".
