El Madrid estrecha el cerco sobre la Liga

Actualizado: lunes, 28 abril 2008 1:54


MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

El Real Madrid doblegó al Athletic (3-0) y avanzó una nueva baldosa en su camino hacia el título liguero pese a que el Villarreal, con su victoria ante el Betis, le privara de poder festejar el campeonato ante sus aficionados.

No fue la celebración del título liguero, pero se le pareció, al grito de '¡campeones, campeones!' y con una espectacular ola que recorría el graderío del Santiago Bernabéu, lleno y engalanado por si hubiera llegado la hora de descorchar el champán.

La algarabía en el coliseo 'merengue' se hizo no obstante esperar hasta el ecuador de la segunda parte cuando Robben e Higüaín, que mandaron a los vestuarios a unos desafortunados Robinho y Raúl, revolucionaron un partido que se había estancado. El argentino sirvió en bandeja para el holandés en su primer intervención y un minuto después remachó a la red un mano a mano con Armando.

Entonces sí la afición blanca pudo ensayar el alirón, que puede ser efectivo la próxima jornada ganando en Pamplona e incluso con derrota si el Villarreal no consigue ganar. Los de Pellegrini lograron aplazar una semana al menos un título teñido de blanco desde hace varias jornadas.

El triunfo del 'submarino amarillo' no aplacó los ánimos de los de Schuster, conscientes de que el título viaja ya con dirección a sus vitrinas. De hecho les impulsó a encerrar de inicio al Athletic. La novedad en el once de Schuster era Saviola y el argentino respondió con creces. No sólo participó y disfrutó de un buen puñado de ocasiones sino que además inauguró el marcador aprovechando un error de Armando en el despeje.

SE LUCE CASILLAS

El ariete argentino se movía con facilidad por la zona de ataque, sin que el Athletic pudiera atarle en corto y desde ahí el Real Madrid empezó a crecer. Pero para hacerlo del todo necesitó de Casillas. El portero, un tanto desapercibido desde que el conjunto blanco ha solidificado su defensa, reclamó su cuota de protagonismo en un partido espectacular.

El guardameta se lució a un cabezazo de Etxeberria que sacó de la misma escuadra. Luego despejaría con una bella parábola un disparo desde la frontal de Garmendia, pero lo mejor sería una parada determinante a un lanzamiento de penalti del propio Garmendia.

Fueron minutos de éxtasis para el portero blanco, reconocido por la grada. Con los gritos de '¡San Iker!', la afición se despidió en el descanso y tardó casi media hora en desperezarse hasta la aparición de Robben e Higuaín, que pusieron con sendos goles el epílogo blanco a la Liga.