Actualizado: viernes, 21 marzo 2008 0:14
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   VALENCIA, 21 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El Valencia eligió el mejor día para resucitar al ganar 3-2 al Barcelona, con goles psicológicos de Mata, en el partido de vuelta de las semifinales de la Copa del Rey, por lo que estará en la final del próximo 16 de abril en el Santiago Bernabéu para medirse al Getafe.

   El conjunto que entrena Ronald Koeman se planta en una final del torneo del KO nueve años después de la que jugó en el estadio de la Cartuja en Sevilla contra el Atlético de Madrid. La clasificación sirve para que el equipo y, sobre todo, su entrenador recuperen crédito para el tramo final de la Liga. En cambio se agrandan las dudas en el Barcelona y Rijkaard seguirá más cuestionado.

   El Valencia cuajó una partido perfecto en defensa, que minimizó las acciones defensivas de un rival que llegó a sentir impotencia y que sólo el tanto de Eto'oo en el minuto 80 le dio esperanzas reales de llegar a la final.

   Koeman pidió que las 'vacas sagradas' tiraran del carro y Marchena y Baraja se dieron por aludidos porque ambos fueron los líderes de un Valencia muy bien plantado en el terreno de juego. El Sevilla fue el dueño y señor de la defensa blanquinegra, salió al corte, mandó y formó un tándem perfecto junto a Albiol para cortar cualquier alegría culé.

   Mientras, Baraja asumió el mando de su equipo y recordó al 'Pipo' de hace unas temporadas. El vallisoletano pidió en todo momento el balón para mover a sus compañeros y se destapó con un gol desde la frontal, tras firmar un zurdazo que se coló por la escuadra de Valdés.

   El Barcelona tan sólo inquietó cinco minutos, los que sirvieron para que Milito cabeceará un saque de esquina y Joaquín lo desviará de cabeza sobre la misma línea de gol. Ahí se acabó el peligro del equipo de Rijkaard, que a pesar de tener el balón no encontró huecos para voltear el 1-0. El Valencia se sintió todavía más seguro con el marcador a su favor y mantuvo la seriedad y la solidez defensiva. Con Henry en el banquillo, y Eto'o maniatado, el único que protagonizó alguna escaramuza hacia la portería de Hildebrand fue Bojan, pero siempre se encontró con un Moretti muy entonado.

   El conjunto blaugrana fue de más a menos y aunque Rijkaard varió el equipo al colocar a Iniesta como media punta y a Gudjohnsen por la izquierda, el Valencia no se vio afectado y siguió sin pasar apuros, gracias a la buena labor defensiva de todo el equipo. Con los de Koeman muy bien asentados, el Barcelona empezó a dudar y la defensa hizo aguas, sobre todo al filo del descanso cuando Mata logró el 2-0 tras culminar una contra.

   El segundo gol fue psicológico porque ahora el Valencia veía muy cerca la final de Madrid, mientras que al Barcelona se le aparecieron todos los fantasmas de las útlimas semanas. El arranque de la segunda mitad tuvo un escenario parecido al principio del choque con un Barça con el balón y un Valencia replegado. El técnico culé vio el panorama y no tardó en dar entrada a Henry por Yaya Touré porque su equipo necesitaba dos goles para estar en la final.

   La tela de araña que tejió el Valencia en defensa hizo que el Barcelona se sintiera impotente y tuviera la sensación de jugar contra una pared. Ni por la izquierda, ni por la derecha, ni por el centro, los de Rijkaard no vierona la luz por ningún sitio, mientras su rival cada vez estaba más a gusto en el campo. Los culés empezaron a jugar contra el marcador y contra el reloj, por lo que los nervios empezaron a aparecer con jugadas precipitadas que siempre favorecieron a los locales.

   HENRY MARCA DE CABEZA, PERO MATA RESPONDE CON EL 3-1 EN UN MINUTO

   En el minuto 72 estuvo la clave del encuentro porque Henry marcó de cabeza tras un centro desde la izquierda para colocar el 2-1 en el marcador y tener esperanzas de llegar a la final, pero cuando aún lo estaban celebrando en el banquillo culé, un centro de Silva le llegó a Mata que remató como le vino y tras tocar en un defensa batió la portería de Valdés. El 3-1 que le daba momentáneamente el pasaporte a la final a los blanquinegros ante la desesperación de su rival.

   El partido se rompió a falta de un cuarto de hora y ahí apareció la figura de Eto'o, quien en una jugada personal logró el 3-2 en el minuto. El partido se puso de infarto porque un tanto más de los visitantes, que siempre habían ido por detrás en la eliminatoria, los hubiera clasificado. El Valencia supo templar los nervios y Koeman reforzó la defensa con Caneira. Al final el menos nervioso fue el conjunto local que regresa a una final nueve años después.