El Real Madrid de Capello firma su epílogo en Múnich

Actualizado: miércoles, 7 marzo 2007 23:05


MÚNICH (ALEMANIA), 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El Real Madrid sucumbió, una vez más, en Múnich (2-1) para finiquitar su curso europeo en una noche amarga de los blancos, impotentes en lo futbolístico ante un Bayern menor y calamitosos en defensa para depurar el caudal ofensivo de los muniqueses, que mantienen intacto el maleficio de los de Chamartín en la ciudad bávara.

Un Bayern venido a menos, sin la entereza, constancia y agresividad de tiempos precedentes fue suficiente para firmar la sentencia del 'proyecto Capello' y de un Real Madrid decadente, que ofreció la resistencia de un neófito y no la del equipo más laureado del viejo continente aunque en la recta final, apoyado en el tanto de penalti de Van Nistelrooy, trató de dejarse el honor en las inmediaciones de Kahn.

El conjunto de Ottmar Hitfeld, que había delineado su pase en el Bernabéu, terminó su obra a su manera, con un gol tempranero, el más rápido de la historia de la competición, por medio de Makaay y el enésimo gol de cabeza que le marca a los madridistas. Repitió Lucio, que ya lo había hecho en el Bernabéu y en la final de la última Copa de Europa de los blancos, en Glasgow.

El Real Madrid evidenció la depresión futbolística que atraviesa. Con un Bayern rendido en su campo, que le entregó el balón, apenas ofreció motivos para alardear de que la clasificación era posible. Su fútbol espeso, sin frescura y en todos los extremos lento fue insuficiente para desarbolar a los bávaros. Gago no encuentra el camino y el brillo de antaño, en Raúl y Guti, sólo luce a cuentagotas.

Un panorama desolador que sólo se salvó en la recta final cuando a la desesperada los blancos trataron de cercar la meta defendida por Kahn. Un penalti sobre Robinho que transformó Van Nistelrooy potenció estos movimientos del equipo blanco, pero resultaron insuficientes para obrar el milagro.

PEOR COMIENZO IMPOSIBLE

El pasado infame de los blancos en Múnich se recrudeció en sólo quince segundos. El Bayern no había montado todavía en cólera ni mostrado la agresividad que había anunciado. No le hizo falta porque el Real Madrid se entregó a la machada en un suspiro. Un control errado por Roberto Carlos y todas las ilusiones madridistas desparramadas por los suelos.

Salihadmizic interpretó el pase correcto a Makaay y el ariete holandés definió al primer toque, evitando las manos aladas de Casillas. Un Allianz Arena incrédulo asistió a una reinterpretación del partido. El equipo blanco no disfrutaba ya de ventaja, y su planteamiento con Emerson, Gago y Emerson en la medular, parecía ya una envoltura obsoleta.

Capello reaccionó con prontitud y sustituyó a Emerson por Guti. Con el canterano, el Real Madrid mejoró sus prestaciones ante un Bayern aliviado por el gol de Makaay y decidido a refugiarse. Es cierto que no le hacía falta argumento futbolístico ninguno para comprometer a Casillas porque la zaga visitante prolongó el estado de ansiedad del primer minuto y concedió hasta tres contragolpes inmaculados. Podolski y Makaay se acercaron a la sentencia, pero no ajustaron la mira.

Kahn hasta entonces respiraba, con pulsaciones sosegadas, porque el Real Madrid necesitó casi cuarenta minutos para encontrar las únicas conexiones que le restan de su pasado más glorioso, la de Guti con Raúl. Con el capitán más activo, y el primero tomando el liderazgo en la medular, el conjunto blanco sacó de su letargo a Kahn.

Primero Guti, tras un taconazo de Higüain, y luego Van Nistelrooy, de cabeza, abrieron un panorama esperanzador para el equipo español. Raúl lo confirmó minutos después con un disparo ajustado y Capello entendió el mensaje lanzado por sus jugadores. Al descanso dio entrada a Cassano para sustituir a un desafortunado Higüain.

El encontronazo del Real Madrid con el partido se vivió en el inicio de la segunda mitad cuando Casillas evitó el segundo tanto de Van Bommel. Pero el canterano ya no pudo evitar el enésimo gol que le marca el Bayern de cabeza. Lucio marcó la distancia definitiva y firmó la sentencia de la eliminatoria aunque el Real Madrid se resistiese en el último suspiro.