SEVILLA, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El Sevilla liquidó sin dificultades su primer envite de la fase de liguilla de la UEFA al vencer por 2-0 a un débil Stuttgart, del que se esperaba mucho más y del que los de Manolo Jiménez se deshicieron en un sólo minuto de juego.
El técnico nervionense reservó a su mejor delantero, Luis Fabiano, recién salido de una lesión, lo que unido a las bajas de Kanouté y Chevantón debilitaron el ataque, quedando Acosta como único punta. Por su parte los germanos también pusieron en liza un sólo delantero, el hispano alemán Mario Gómez. De este modo el choque discurrió por unas pautas de equilibrio que, sin embargo, se iban a romper de una forma tan rápida como inesperada.
Y es que en el minuto 14 Romaric clavaba un auténtico golazo de falta por toda la escuadra del portal defendido por el portero alemán Lehmann en una acción que dejó tocado al Stuttgart. Los teutones, de hecho, no tuvieron tiempo apenas de sacar del centro del campo porque a renglón seguido Jesús Navas metió un centro a pierna cambiada sobre Renato para que el carioca cabeceara el 2-0 que dejaba sentenciado el choque.
La única mala noticia para los locales la protagonizó Acosta, que se unió a la plaga de lesiones de la delantera blanquirroja, dejando su sitio hasta hoy a un inédito De Mul. El Sevilla se quedaba sin delanteros, pero el Stuttgart estaba desaparecido y buena prueba de ello fue que el primer disparo a puerta visitante no se produjo hasta pasada la media hora con un disparo de Lanik, que se fue por encima del larguero.
Resultaba sorprendente la actitud de un Stuttgart que venía avalado por su condición de equipo solvente de la Bundesliga, pero que parecía conformarse con el resultado mientras que Mario Gómez se desesperaba totalmente aislado arriba. Así las cosas Lehmann tuvo que salvar todavía el 3-0 en el último minuto del primer tiempo ante Adriano.
En la reanudación el técnico alemán, Armin Veh, quitó a un defensa, Trasch para meter en liza a un delantero, Marica. Pero el que avisó de nuevo fue el Sevilla con un recorte de Adriano al que no llegó nadie. Por lo tanto y visto que el partido parecía solucionado, Jiménez empezó a reservar piezas y cambió a Renato por Maresca. Fue entonce cuando apareció Mario Gómez de la única forma en que podía hacerlo hoy, un trallazo desde fuera del área que no fue gol por poco y pegó en el palo.
Pero no había nada que temer porque incluso pudo existir un penalti por manos en área germana aunque se quedó en mera anécdota para un Sevilla que sigue invicto desde que comenzó la temporada tanto en Liga como en UEFA, y que recuerda al equipo de las grandes hazañas del bienio 2005-07.
