"Mis lágrimas son de satisfacción, no de tristeza"
CASABLANCA (MARRUECOS), 22 May. (EUROPA PRESS) -
El atleta marroquí Hicham El Guerrouj señaló que no tenía "ni la fuerza de voluntad ni la motivación" necesarias para seguir compitiendo al máximo nivel y subrayó que, tras una decisión que definió como "histórica y difícil", se dedicaría "a pasar más tiempo con la familia y a centrarse en los negocios".
"Dejo la competición oficial. No tengo la fuerza de voluntad ni la motivación necesarias para seguir compitiendo. Dejo de correr para pasar más tiempo con mi familia y centrarme en mis negocios", dijo El Guerrouj, con lágrimas en los ojos, a los medios en una conferencia de prensa ofrecida esta noche en Casablanca.
El corredor de medio fondo recordó que había dedicado "toda su vida" al deporte y que ahora quiere "empezar una nueva vida" y volver a otro mundo del cual ignora su horizonte. "He conseguido todos mis objetivos deportivos, ¿qué más me queda por probar?", preguntó.
El actual poseedor de los récords mundiales en las pruebas de los 1.500 metros, la milla y los 2.000 metros se mostró esperanzado en que el atletismo marroquí continúe en primer plano. "Espero que las autoridades y los atletas marroquíes sigan trabajando para que el atletismo de nuestro país siga siendo fuerte", insistió.
Por otra parte, el doble campeón olímpico en 1.500 y 5.000 metros en Atenas agradeció a "todo el mundo" la compañía recibida en su carrera deportiva y recalcó que "las lágrimas de hoy son de satisfacción y no de tristeza".
"Hoy finalizo oficialmente mi carrera de 19 años, en la cual vosotros (los marroquíes) y yo hemos vivido momentos muy felices. Gracias a todos por haberme acompañado. Quiero dar las gracias a mi familia, a mi esposa, a mi hija y a Su Majestad el Rey de Marruecos", indicó.
El marroquí, de 31 años, no competía desde el pasado 28 de agosto de 2004, cuando ganó la final de los 5.000 metros en los Juegos Olímpicos de Atenas, donde completó un histórico doblete al hacerse con los títulos de las pruebas de 1500 y 5.000 metros, un hito sólo conseguido hasta entonces por el finlandés Paavo Nurmi, en 1924.
